La moción conjunta firmada por los tres grupos de la oposición para evitar el enchufismo en el Ayuntamiento de Valencia acabó dividiendo a la propia oposición y a los sindicatos. Los socialistas se desmarcaron del texto y entre CC OO y el STA hubo una clara discrepancia pública.

La moción pedía que los tribunales de selección, que posiblemente tengan que empezar a funcionar el año que viene con la reapertura de la oferta pública de empleo, se elijan por sorteo entre los funcionarios y que los exámenes se elijan también de forma aleatoria inmediatamente antes de la prueba. Pero lo que parecieron ser propuestas consensuadas, resultaron no serlas.

Antes de proceder a la exposición de la moción propiamente dicha, Julio Conesa, representantes de CC OO, tomó la palabra para defenderla y advertir de que «en la opinión pública hay dudas y sospechas permanentes respecto a los procesos de selección». «Hay que evitar esa sensación de para qué presentarse si las plazas ya están dadas», dijo.

Pero cuando a continuación tomó la palabra Jesús Giménez, del STA, su posición fue diametralmente opuesta, asegurando que CC OO estaba poniendo en duda a los funcionarios y a la Mesa General de Negociación. «Está en otra galaxia», dijo.

Tras este enfrentamiento, el portavoz socialista, Joan Calabuig, dijo que su grupo se retiraba de la moción, dejando sólo a Compromís y EUPV, cuyos portavoces sí mantuvieron su propuesta. Amadeu Sanchis aseguró que no querían menospreciar a los funcionarios, sino hablar de transparencia. «No es contradictorio con la Mesa General que la selección sea aleatoria»,dijo. Por su parte, el portavoz de Compromís, Joan Ribó, dijo que el principio de la corrupción está precisamente en el «clientelismo» que existe en el acceso a la función pública. «No decimos que esté pasando, pero en estos momentos ha de evitarse cualquier sospecha», aseguró.

Tal explicación no convenció, sin embargo, al PP. El concejal Vicente Igual aseguró que la propuesta era un ataque a la libertad sindical, despreciando la propuesta por la necesidad legal de que 3 de los 5 miembros de los tribunales sean especialistas en la materia. Es más, se declaró defensor histórico de los derechos sindicales y hombre de consensos, afeando a Ribó que su currículum estuviera lleno de enfrentamientos. «Si usted gobernara un atolón en el Pacífico se pelearía con los cocoteros», le dijo.