Después de un siglo de imposición en la fiesta del Corpus Christi de Valencia de los Autos Sacramentales, en lengua castellana, por parte del Consell de la Ciutat, de nuevo emergieron con fuerza los «misteris» bíblicos en Lengua Valenciana, que son los que realmente entendía el pueblo, entrando en decadencia y desapareciendo de la programación los Autos Sacramentales.

En 1606, fueron representados los primeros Autos Sacramentales en castellano en las fiestas del Corpus de Valencia y aunque se prolongaron a lo largo de todo el siglo XVII, no alcanzaron el agrado de los valencianos, quienes siguieron prefiriendo los Misteris, porque eran más sencillos e inteligibles y estaban escritos en Lengua Valenciana.

A ejemplo de los Misteris, los Autos Sacramentales se ordenó fueran representados sobre las Rocas y ordenaba que los actores el día de la «dita festa en punt de les dotse de mig jorn, en la placa de la Seu molt galans i ben vestits pera representar en dos roques dos actes sacramentals davant los senors Jurats acaber, es en un roca El Hidalgo Celestial de Lope de Vega y en laltra roca Els Cavallers de la ardiente espada per lo Doctor Mira de Mesqua conforme los papers que han donat sens llevar cosa?.».

Se andaban con cuidado los Jurados de la Ciudad en cuanto al contenido de las representaciones por temor a la Inquisición y una de las condiciones que imponían a las compañías teatrales que contrataban era que se obligaban «a fer veure e reconexer y formar de la propia ma de hu dels señors calificadors del sant ofici de la present Ciutat o del Ordinari de dita Ciutat los dits actes pera que vegen aquells si hi ya en dits actes alguna cosa mal sonant o contra la santa fe católica».

Igualmente, obligaban a la compañía de actores a dies ans de la festa a ensayar en la Casa de les Roques los Autos Sacramentales para ver como saldrían las representaciones «y si estaran en lo modo al honor de la Ciutat». En 1644, una compañía de actores de Teruel representó «La Triaca», «El veneno» y «La Edalga del Valle». En 1645, una compañía de actores de Zaragoza puso en escena «La Visita de Cárcel» y «El pleito de acreedores».

En 1673, el Consell de la Ciutat contrató una compañía de actores para representar «el acte sacramental El pintor de su deshonra, ab sa loa, sainetes, entremes y moxiganga». En 1674, fue representado «lo acte sacramental el Teatro del mundo ab sa loa, moxiganga y entremes». En 1675, se volvió a escenificar «El pintor de su deshonra». En 1676, el Auto Sacramental representado fue «Divino Prometeo», también «ab sa loa, entremes y moxiganga». En 1684, los autos fueron «'El cordero viatico' ab sa loa moxiganga y Entremes», obra de Eufracia Maria de la Reyna.

En 1685, se representó «El nuevo hospicio de pobres», con mojiganga y entremés, de Magdalena López. En 1688, «El Sacro Parnaso», de Pedro Calderón, fue el auto sacramental de las fiestas. En 1690, «La Nave del Mercader», de Esteve Pi. En 1691, «Lo que va del hombre a Dios», de Cristóbal Caballero. En 1692, «Pastor Fido», de María Alvarez. En 1695, «La Vacante general», de Calderón. En 1698, «Primero y Segundo Isach», de Juan de Haras.