Los vecinos de Poble Nou y la huerta de Valencia perdieron un pedacito de su patrimonio cuando se permitió la construcción de una subestación eléctrica en suelo protegido. Iba a ocurrir lo mismo con el proyecto de ecoparque, planeado justo al lado, a la altura del Camí de Montcada 241. Afortunadamente la presión de la población, un enclave privilegiado que limita al norte con la ciudad, paralizó el plan. Era un sinsentido porque no tenía buenos accesos y se iba a situar frente a la impresionante Alqueria Fonda, una de las más antiguas del patrimonio de la ciudad, datada en el siglo XIV.

El solar donde que iba destinado al ecoparque se quedó en desuso, por lo que un grupo de vecinos del pueblo, aficionados al mundo del caballo, le pidieron al Ayuntamiento de Valencia su cesión. Tras constituirse como la Associació d'Amics del Cavall, la Concejalía de Deportes firmó un convenio para limpiar el espacio de maleza y cederlo a la entidad, que ha construido una pista de tiro y arrastre. Un cuarto de siglo después, según los oriundos, Poble Nou recupera una tradición perdida gracias al impulso de un grupo de jóvenes, pero que ha vuelto a ilusionar a los más mayores del lugar.

La inauguración oficial de la pista de arena para el tiro de arrastre, uno de los deportes autóctonos de la Comunitat Valenciana, se realizó ayer en el modesto solar donde se ha instalado, con la presencia de casi un centenar de aficionados y vecinos del pueblo y del concejal de deportes, Cristóbal Grau.

Tras un tradicional almuerzo, se dio paso a una exhibición de tiro y arrastre, en la que participaron varias caballerías. «No solo queremos recuperar una tradición como el tiro y arrastre, sino que queremos convertir este espacio en un lugar de entrenamiento y de todo tipo de actividades relacionadas con el caballo», explicaba el presidente de la asociación, Toni Castelló.