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Entre acequias

Alquería medieval vetada a nuevos usos

Las restricciones de uso impiden abrir un restaurante en la alquería Fonda

Alquería medieval vetada a nuevos usos

La alquería Fonda, ubicada en un recodo del antiguo camino de Moncada, es uno de los edificios tardomedievales más importantes del patrimonio rural de Valencia. El catálogo de bienes y espacios protegidos de la revisión del PGOU de Valencia la incluye como Bien de Relevancia Local. La alquería Fonda es una de las más antiguas de Valencia junto con la alquería del «Rei» y la «dels Moros». Pese a su importancia histórica el edificio, según el citado catálogo, está «muy deteriorado».

El proceso de rehabilitación que su actual propietario, el arquitecto Manuel de Leiva, inició en 2005 quedó paralizado en 2009 por problemas de financiación a raíz de la crisis inmobiliaria. La restauración, aunque inacabada, ha evitado la ruina definitiva del edificio y ha permitido ampliar la información que se tenía sobre esta valiosa alquería de planta basilical así como recuperar elementos como arcos góticos y un interesante pavimento del siglo XIV de canto rodado en forma de caracol.

Manuel de Leiva compró la alquería en 2005 para restaurarla y construir en ella una vivienda-taller de arquitectura. En espera de que la situación económica mejore y se puedan retomar las obras, el arquitecto ha recibido una oferta para instalar un restaurante en una parte de la alquería. Era una opción para rentabilizar y mantener el edificio, sin embargo, el Ayuntamiento de Valencia le ha denegado la licencia por no ser un uso permitido en una zona de huerta de especial protección. La revisión del PGOU, así como el Plan de Protección de la Huerta de la Generalitat, abre la puerta a nuevos usos, como el terciario, artesanal y de ocio, para hacer viable el patrimonio rural. Sin embargo, ambos documentos están bloqueados. Leiva no renuncia a su «sueño» de restaurar esta alquería singular y poder instalar allí su vivienda-taller de arquitectura. Sin embargo, las dificultades económicas y administrativas están convirtiendo el proyecto casi en una «pesadilla». El arquitecto ha invertido más de 600.000 euros en la compra y rehabilitación, con materiales y técnicas originales (como el mortero de cal), de la alquería sin ninguna ayuda o subvención oficial. Ni siquiera ha recibido ayudas para tratar contra el picudo la palmera de ocho brazos del patio, que también está protegida en el catálogo.

Los muros de la alquería Fonda, que hace unos años fue dividida en dos viviendas, datan de los siglos XIV y XV. Se trata de un ejemplo de alquería de planta basilical característica de la época del «Repartiment». Una de las características de esta primera arquitectura valenciana es la existencia de un patio previo a la entrada, una reminiscencia islámica.

La alquería conserva elementos medievales como la ventana aljimezada que se ve en el piso alto de la fachada recayente al camino de Moncada, que en la parte interior conserva un asiento de piedra o «festejador».

La alquería Fonda se encuentran en la huerta de Poble Nou, en un entorno de alto valor paisajístio, si bien el catálogo de espacios protegidos incide en la degradación ambiental y social que rodea esta valiosa alquería medieval, situada a pocos metros de los terrenos donde se proyectó un nuevo ecoparque para Valencia y contra el cual se han opuesto los vecinos de la pedanía.

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