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CEIP Carles Salvador

La escuela en la que se enseña a aprender

El colegio Carles Salvador de Benimaclet no utiliza libros de texto, son los alumnos bajo la guía del maestro los que mediante tabletas crean sus propios materiales

La escuela en la que se enseña a aprender

Las formas de enseñar que se perpetúan desde el siglo XIX, donde todo está en el libro de texto y los escolares atienden en silencio la lección del maestro, no sirven para los niños del XXI. Esto es algo que tiene muy claro el equipo docente del Colegio público de Educación Infantil y Primaria (CEIP) Carles Salvador de Benimaclet. En los últimos cuatro cursos esta escuela de enseñanza en valenciano ha ido relegando los manuales con el fin de que los niños sean «mucho más autónomos en el proceso de aprendizaje», explica el jefe de Estudios del centro, Roger Pérez. «Nuestro objetivo es que los niños aprendan a aprender», apunta la secretaria del colegio, Mª Ángeles Marco.

Uno de los pilares en el que el centro se ha apoyado para dar este salto son las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC). De las pizarras digitales en todas las aulas, «el ordenador más grande del mundo» las llaman los más pequeños, hasta la implantación de las tabletas informáticas en 5º y 6º de Primaria dentro del plan de pilotaje de TIC de la Conselleria de Educación, «pero no para comprar licencias de libros de texto electrónicos, pues la gran mayoría de ellos no son más que copias en PDF del papel con escasa interactividad», subraya Roger Pérez.

Con las tabletas, gracias a la wifi que ha instalado el Ampa, los niños trabajan en la nube, realizando y compartiendo sus trabajos en internet de forma segura. Lo hacen a través de las aplicaciones educativas de Google, que son gratuitas para los centros educativos.

Trabajo extra para los docentes

Bajo la tutela y guía del maestro, que al renunciar al libro como herramienta principal del aprendizaje «asume el trabajo extra de tener que preparar los temas, buscar la información o elaborar los materiales», apunta Pérez, el alumno del último ciclo crea en la tableta sus propias presentaciones y las comparte con los compañeros ya que todo el trabajo se realiza en equipo y de forma cooperativa.

Con esta metodología lo que se consigue, señala la directora del colegio, Vicenta Guijarro, a quien todos los niños llaman cariñosamente «Vitxi», es que los alumnos «sean una parte muy activa de la elaboración de los contenidos».

En el caso de las tabletas, toda la inversión corre de parte de las familias pues la dotación de la conselleria se limita a un único dispositivo para el centro. Para participar en el programa experimental de fomento del libro digital en el que este curso ya trabajan 3.000 escolares de 5º y 6º de toda la C. Valenciana, Educación exige que las tabletas tengan los siguientes requisitos técnicos: Pantalla de 10 pulgadas, capacidad de almacenamiento mínimo de 8 Gb, procesador Dual Core 1 GHz o superior, wifi, un gigabyte de RAM, autonomía de uso mínima de 8 horas y sistema operativo iOS o Android 4.0.3 o superior, con acceso a Google Play (solo para el caso de tabletas Android).

Esto, según Roger Pérez, supone una inversión total «de unos 300 euros, con funda y seguro incluido, algo que recomendamos pues es muy fácil que los dispositivos se estropeen o se rompan». No obstante, añade, muchos niños del colegio «ya disponían de tabletas con estas características, por lo que sus familias no han afrontado ningún gasto extra».

Los alumnos no compran libros de texto, los tienen en el aula como material de consulta gracias al banco de libros que ha constituido el colegio con la donación de ejemplares de los escolares de cursos anteriores. Trabajan con libretas y la tableta. Para abordar cada unidad parten de un mapa conceptual, un esquema con los conceptos clave a desarrollar buscando la información en internet guiados por el profesor. Éste les enseña a utilizar y citar las fuentes, a distinguir la información veraz de la falsa, a elaborar el material sin recurrir al «corta y pega».

Motivación de los niños

Trabajar con tableta, recalca Roger, «ya por si mismo es un elemento motivador para el niño y la calidad del resultado final es muy diferente». Gracias al multilenguaje que permiten las TIC los escolares incluyen en sus trabajos textos, vídeos, música y enlaces en hipertexto a otras webs con informaciones relacionadas.

En el primer ciclo de Primaria, 1º y 2 º curso, tampoco se utilizan libros de texto. «En lugar de atarnos al manual, nos atamos a los niños, que es lo que interesa», destaca Mª Ángeles Marco. En el aula se trabaja a partir de los centros de interés de los alumnos y de sus preferencias. La gama de materiales que manejan, juegos de ordenador incluidos, es tan amplia como la imaginación del docente. Así, por ejemplo, las partes del cuerpo humano las están trabajando «con adivinanzas grabadas por ellos mismos» en Audacity, un editor y grabador de audio libre. Los archivos multimedia que crean los alumnos los comparten entre ellos mediante un «podcast» que se descargan de internet.

En esta etapa, relata Vitxi, el centro «trabaja mucho la comprensión y la expresión oral de los niños, hasta un 80% del tiempo durante el primer trimestre, con el fin de no limitar la espontaneidad y la forma de expresarse de los niños». «Si el maestro borra las palabras que escribe mal, el niño pierde seguridad y deja de utilizar aquellos términos que no domina con lo cual se empobrece su lenguaje», aclara.

La animación y la comprensión lectora, a partir de cuentos que elaboran los alumnos de Primaria, junto a la apuesta por la Inteligencia Emocional desde Infantil son otros dos de los pilares del colegio. «Es fundamental ayudar a los alumnos a manifestar sus sentimientos, a ser asertivos, a aceptar y dominar las situaciones de frustración y a ser empáticos», destaca la directora. «Nuestra filosofía es aprovechar todas aquellas metodologías educativas que nos permitan formar alumnos lo más autónomos posible tanto en su vida académica como en la calle».

Gracias a este trabajo la innovadora escuela de Benimaclet se ha convertido en el mejor centro de Primaria de Valencia, y el segundo en el ámbito autonómico tras el CEIP Sant Pere Apòstol de l'Alqueria de la Comtessa, según los resultados de la evaluación diagnóstica que realiza la Conselleria Educación en los 1.343 centros docentes públicos y concertados de esta etapa.

Relativizar los «rankings»

Una clasificación a la que Vitxi Guijarro resta importancia, «pues sabemos que al tener la mayoría de las familias de nuestro alumnado un Índice Socioeconómico y Cultural (ISEC) alto, entre el nivel 3 y 4, partimos de una situación mucho mejor que otros colegios que igual trabajan mucho más que nosotros». «La diagnóstica „añade no tendría queutilizarse como un ránking, sino más bien como un indicador de la situación del centro que ni mucho menos debe ser el definitorio. Hay otros más importantes, como los resultados de las evaluaciones o seguir la marcha en el instituto de los antiguos alumnos». La directora concluye que, a su entender, Educación «debería plantearse la clasificación de la diagnóstica como una herramienta para destinar más recursos a los colegios que obtienen peores resultados».

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