Entre acequías
La huerta de Blasco Ibáñez
El escritor reflejó en su novela «La barraca» personajes y escenarios reales, como el de la alquería Pimentó

La huerta de Blasco Ibáñez
Rafael Solaz | valencia
No es nada inédito decir que «La barraca» ha sido una de las más populares novelas de Blasco Ibáñez, y que se presentó por entregas del diario «El Pueblo» entre 1898 y 1899. Como veremos, Blasco se debió inspirar en lugares y personajes reales muy populares en la huerta de la jurisdicción de Russafa.
«La barraca» cuenta unos trágicos sucesos huertanos y la contienda surgida con la llegada de la familia de Batiste Borrull a los abandonados campos del tío Barret, que no podían ser cultivados a causa de un conflicto anterior. Pimentó, vecino del lugar, instigaría a los habitantes de la zona impregnando su odio hacia los «intrusos». Una obra que fielmente recoge las costumbres y miserias sociales, los vicios y las pasiones que reinaban entre los labradores.
La casa de Barret se hallaba en el área del camino de Malilla, junto a las del Pelat, El Pollero, El Purgatori o la barraca de Tomello, núcleo cercano al camino del Molí de Pala y la antigua iglesia del Horno de Alcedo.
La alquería de Pimentó se situaba más alejada, en la partida de la Punta d´En Silvestre (actual La Punta), entre el entonces llamado camino del Lazareto (Nazaret) y la acequia de Fabiana. Tenía como vecinos las casas de Pancha, Favero, del Nap, Gori, las barracas de Martinot, del Figuero y el Molino de la Misericordia (junto a él posteriormente se establecería la Papelera Levantina), área rodeada por los caminos viejo y nuevo de Nazaret y el del Valladar.
La casa fue adquirida por Miguel Gómez Prósper (Liria 1834-Valencia 1898) hacia el último tercio del siglo XIX. Por una documentación que obra en nuestro archivo vemos que, en 1880, establece una póliza de seguros contra incendios valorando la alquería en veinticinco mil reales de vellón. Gómez Prósper fue un activo comerciante que ha pasado a la historia por haber sido propietario de la tienda más antigua de la capital: la de Las Ollas de Hierro, fundada en el siglo XVIII, esquina a la Carrer dels Drets y Jofrens.
Tal vez Blasco Ibáñez conociera muy bien estos lugares y familias, sobretodo al citado comerciante Gómez Prósper, el que tuvo una vida bastante azarosa: en 1874 se le murió una hija de dos años llamada Amparo y también mantuvo ciertas diferencias con labradores vecinos de sus propiedades, datos que muy bien hubieran servido para tener el suficiente material e inspiración del novelista hacia las trágicas consecuencias vertidas en el cuento Venganza Moruna „precursor de «La barraca»„ y el contexto costumbrista de la huerta en Cuentos Valencianos (1896).
Según palabras de su biógrafa Pilar Tortosa, «Blasco Ibáñez conocía muy bien el paisaje y el ambiente que describía, la idiosincrasia y conciencia de los personajes». En una entrevista con González Fiol, a la pregunta de ¿qué le inspiro para escribir «La barraca»? Blasco contestaba: «La realidad, allí hay más realidad que ficción».
La alquería de Pimentó desapareció. Actualmente se situaría en la zona de expansión urbanística de la ciudad, en el distrito de Quatre Carreres, el área del bulevar de las Moreras, junto a la carretera de la Palmera y el camino viejo de Nazaret.
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