No hablaré demasiado de Grecia no sea que Esperanza Aguirre venga y me compare con la Sexta; porque por si no os habíais dado cuenta ahora son los políticos los que marcan los tiempos que en cada medio hay que dedicarle a un determinado tema. O al menos lo intentan. Ser periodista y entrevistar a políticos se está convirtiendo en profesión de riesgo, más que hacer conexiones bajo la nieve para informar de que está nevando o jugarse el tipo como los de «En tierra hostil».
El efecto Syriza le dará más votos a Podemos, pero no por su triunfo si no por titulares como el de La Razón del lunes: «Desgrecia». Siempre me han fascinado los épicos titulares deportivos, con esas hipérboles y esos juegos de palabras, pero aplicar eso a la política me parece grave; pero además aplicarlo a las elecciones de un país en una situación como la que padece Grecia, más todavía; pero además creer que se tiene la autoridad moral como para tachar de desgracia lo que casi la mayoría de los griegos han elegido, roza la pornografía. Cierto que nunca se había hablado tanto de Grecia y mucho menos abriendo un informativo, pero las cosas cambian y, de la misma manera que en el 81 se miraban aquellas elecciones en las que Mitterrand se convirtió en presidente del gobierno, ahora se miran las de Grecia.
Aquí, en Valencia, sólo la afluencia de gente al debate organizado por la Federación de Asociaciones de Vecinos ya denota la implicación y el interés de los ciudadanos por el estado de la ciudad. Y una cosa más que agradecer al año electoral, los políticos volcados en atender, o por lo menos escuchar, las demandas. Quince días para que se adjudiquen las licencias para la realización del Parque Central, según el vicealcalde Alfonso Grau. Gran noticia después de... ¿cuántos años? Supongo que a lo que se refiere es a las obras de acondicionamiento de la zona de Russafa y no a las obra del Parque Central en sí. También se pusieron sobre la mesa diversos expedientes X. Si, según aseguró Mª José Broseta, los barrios padecen todos la falta de limpieza y según Grau no se ha recortado en esa partida. ¿Por qué está todo más sucio? Ni Mulder y Scully lo hubieran resuelto mejor: «Somos unos guarros». El representante del gobierno municipal dio con la respuesta asegurando que la limpieza es el resultado del «esfuerzo conjunto del que limpia y del que no debe ensuciar» (abucheos del público) (llamada de atención al moderador por no hacer bien su trabajo) (el moderador era Antonio Ariño, cuyo curriculum no cabe en esta columna).
Preocupación por el estado del Cabanyal, de la huerta, de la movilidad, del estado y el futuro de la Marina Real y sobre todo del paro fueron algunos de los temas tratados. ¿De verdad no sabían que esos son los problemas que nos preocupan? La oposición parece que sí, había hecho los deberes y se han pasado cuatro años recordándolo. Si hay un momento adecuado para dar soluciones es este. Lo grave es que el gobierno tenga que hacer estos debates para escuchar los problemas de los ciudadanos. Una caña en el bar de abajo te hace estar más en contacto con la realidad que las inauguraciones o los congresos propios. ¿La parte positiva? Medio gobierno municipal estaba presente arropando a Grau; no pude ver si tomaban notas pero no hubiera estado mal.
