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Divagaciones

Carrer dels cavallers y de los palacios

Carrer dels cavallers y de los palacios

Carrer dels cavallers y de los palacios

Mª José Muñoz Peirats

En ese devenir del tiempo, la vida se trasforma y marca épocas. En las ciudades permanecen: monumentos, iglesias calles, plazas€ símbolos del pasado.

Hay mucho pasado en el carrer dels Cavallers, cuyo nombre, como tantas otras cosas, fue castellanizado: De los Caballeros, que hace pensar en la etimología de caballero que proviene del latín Equites, gente de la nobleza italiana que luchaba a caballo.

Según Pere Maria Orts: «Cavallers eren aquells que gaudien del privilegi militar o bé des de temps immemorial, a títol hereditari, o per concessió reial, però sempre havien de ser-ne armats pel sobirá o per una persona especialment comissionada per ell, i reclamava, en aquest cas, una certificació que justificara que la cerimònia s´havia celebrat a la Reial Cancelleria».

Es curioso que en esta calle de góticos palacios y casas nobles convivieran también diferentes estamentos profesionales: mercaderes, notarios, libreros e incluso gente de pocos recursos.

El Carrer del Cavillers, fue, en distintas épocas, itinerario de cortejos reales y de fiestas populares como Carnestoltes, de rogativas para pedir lluvia, o por causa de la peste. En 1355 el obispo Hug de Fellonet gestionó de los Justicias y Jurados de la ciudad, la celebración anual de una solemne procesión del Corpus Chisti, más adelante se incrementó el esplendor y la teatralidad de la procesión, y por esa fecha El Carrer dels Cavallers se engalana: la murta cubre la calle y de los miradores y balcones penden colgaduras de terciopelo granate.

Con la necesidad de los tiempos se vendieron palacios€ El hermoso palacio de los marqueses de Fuentehermosa, conocido también como el de Castelfort, de influencia historicista, fue construido por Arnau Miramón y adquirido por la Generalitat. En el interior del palacio una soberbia escalera de mármol iluminada desde el punto más alto, conduce a los desaparecidos salones. En la fachada el escudo nobiliario de los Castellfort. El marquesado de Casatelfort fue concedido por Carlos II el 11 de junio de 1700. Desde el 5 de mayo 1978 lo ostenta Vicente Garrigues Santonja.

Al marqués de Castelfort le gustan las matemáticas. Estudió ciencias químicas, es amante del arte románico, lector de poesía y le encanta perderse por la ciudad y contemplarla. Destaca, como acontecimientos mundiales, la caída del muro de Berlín y la visita del Papa a Cuba.

Del palacio, llaman la atención las dos torres gemelas del edificio y dos curiosos miradores. En él vivió una querida familia para la sociedad valenciana: Los Garrigues Trenor y sus fiestas eran entrañables como lo son ellos.

El marquesado de Fuentehermosa fue concedido por Carlos II el 20 de octubre de 1687. El doctor Garrigues y García-Diaz, heredó el título de sus antepasados por vía paterna y por vía materna la traumatología. Tiene las ideas claras sobre la medicina pública y la privada, opina que su complicidad conduce al profesional hacia la especialización. Se declara demócrata y no cree en la idea de derechas o izquierdas. Piensa que el político tiene que ser un profesional honrado y efectivo y que el lema de su familia: «Facta no verba» debería regir la sociedad.

Ante esta declaración de principios, recortada con bisturí, me alejo, pero tengo la certeza que volveré a esta calle de sombras y luces.

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