Saber cuánto mide una palmera aplicando el teorema de Tales, descubrir los números de Fibonacci entre las flores de una planta, o medir la parábola de una fuente con una aplicación de teléfono móvil. Estas son algunas de las actividades que los cincuenta niños de entre 12 y 16 años, participantes del programa Estalmat, realizaron ayer en el Jardí Botànic de Valencia.

Se trata de un proyecto que pretende estimular el talento matemático. La de este año era la tercera edición de esta jornada lúdico-matemática en el entorno botánico. «Durante 20 sábados al año, estos niños participan en las actividades que llevamos a cabo en la Facultad de Ciencias Matemáticas de la Universitat de València o de las salidas que hacemos», cuenta Rafael Crespo, director de Estalmat y decano de la facultad.

Cada año, el programa elige a 25 jóvenes para fomentar su capacidad matemática con actividades como las de ayer. La jornada incluyó además un concurso de fotografía matemática, donde los niños buscan la geometría y las ecuaciones en la belleza de la naturaleza.

El objetivo básico de estas jornadas en el Jardí Botànic es «hacer entender y mostrar de una forma práctica cómo las matemáticas están presentes en nuestro entorno», Crespo. Los árboles, las plantas, los edificios, las fuentes y demás construcciones del Jardí sirvieron de pizarra para encontrar las ecuaciones más salvajes.