El aluvión de alegaciones que ha recibido la revisión del Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) ha desbaratado los tempos que manejaba el equipo de gobierno para la aprobación del documento, que podría no producirse durante la actual legislatura. Los plazos que anunció el equipo de gobierno de Rita Barberá el pasado mes de diciembre, cuando se presentó la modificación de la revisión del PGOU, preveían el pleno de marzo para su aprobación inicial. Sin embargo, la presentación de miles de alegaciones tiene desbordados a los técnicos hasta el punto de que el concejal de Urbanismo, Alfonso Novo, admitió ayer que la tarea de responder a todas las alegaciones que se han recibido, entre ellas de instituciones tan poco dadas a la polémica como el Tribunal de las Aguas, podría dilatar los plazos.

«Si no podemos aprobarlo en marzo, se aprobará en abril», comentó el concejal en la rueda de prensa ofrecida ayer para hacer balance del nuevo periodo de exposición al público del PGOU, cuya revisión se inició en 2004. Alfonso Novo, no obstante, no quiso hablar de aplazar la revisión del documento hasta pasadas las elecciones, como le reclaman desde los grupos políticos de la oposición y colectivos vecinales, y aseguró: «si no lo aprobamos nos dirán que no cumplimos las promesas electorales». Lo que parece claro es que la aprobación definitiva por la Generalitat no podrá producirse dentro del mandato.

El concejal atribuyó el elevado número de alegaciones, cuyo número no quiso cifrar, al contexto actual previo a elecciones. Novo aseguró que se están examinando los escritos de alegaciones y añadió que hay quien ha presentado escritos «por duplicado».

La huerta no es un parque temático

Según ha sabido este diario, los escritos de alegaciones, que incluirían miles de enmiendas, duplicarían los presentados en la primera fase de exposición al público en 2010. El concejal de Urbanismo echó mano del argumentario de Rita Barberá y recriminió que el anterior gobierno socialista recalificó 800 hectáreas agrícolas, mientras el PP plantea la recalificación de la mitad, es decir, de 400 hectáreas. El nuevo plan es «razonable», destacó Novo, quien aseguró que las previsiones de viviendas (54.000, 17.000 de las cuales se construirían en terrenos ganados a la huerta) son «válidas» y están «avaladas por un estudio y refrendadas por la propia Generalitat». El concejal destacó que el plan general se adapta al Plan de Acción Territorial de la Huerta, aún pendiente de aprobación por parte de la Generalitat. «La huerta no es un parque temático y aquí todo el mundo habla de la huerta como si fuera parte de los jardines de la ciudad, cuando a quien hay que proteger es al agricultor», argumentó Novo. En este sentido, apuntó que en la reunión que mantuvo este martes con los dirigentes del sindicato agrario AVA «me dijeron que ningún agricultor se había interesado» por el documento.

Novo minimizó las previsiones de ocupación de huerta, uno de los principales motivos de rechazo a la revisión, y aseguró que «en realidad solo se van a urbanizar 282 hectáreas de huerta» ya que muchos de los sectores urbanizables —diez en total, siete residenciales, dos terciarios y uno dotacional— incluyen muchos parques, uno de los más grandes el de Vera II, junto a la Universidad Politécnica de Valencia con 13 hectáreas.