Los artistas falleros comprenden que no son el único sector que necesita ayuda en estos duros momentos de crisis, pero quieren destacar un elemento que los coloca en primera fila, y es la singularidad del trabajo que realizan, el único del mundo y, a su juicio, amenazado de extinción. «Somos el samaruc de la Comunitat Valenciana», asegura Ximo Esteve, quien recuerda, así mismo, que se trata de un sector con una fuerte presencia en la economía local. De puertas para adentro, el portavoz del Gremi recuerda que hay más de trescientas familias dependientes de los talleros, a los que hay que sumar muchos otros puestos de trabajo de todo tipo. Pero de puertas para afuera, el impacto es mayor, pues en torno a la fiesta se generan cientos de millones de euros, lo que convierte este asunto en un problema global de la ciudad de Valencia. Precisamente por ello es por lo que el gremi exige una intervención del Ayuntamiento de Valencia y de la Generalitat Valenciana, un mensaje que lanzan a los equipos de gobierno actuales y también a los que puedan llegar después de las elecciones municipales y autonómicas del próximo mes de mayo.
