La declaración de las Fallas de Valencia como Patrimonio Cultural Inmaterial tiene nuevos aliados: la directora general de la Unesco, Irina Bokova, y el ministro de Exteriores, José Manuel García-Margallo. Ambos, que participan en un congreso internacional de expertos que se celebra en Valencia para diseñar un código ético de protección del patrimonio inmaterial, dieron su apoyo a la obtención del reconocimiento de la Unesco a las fallas.

Irina Bokova aseguró que es «muy entusiasta» con la concesión del reconocimiento de las Fallas y destacó que «ojalá el comité decida inscribirlas». Más vehemente fue García-Margallo, quien aseguró que «fracasaré si no consigo la inscripción». El ministro explicó que tiene un compromiso personal con las fallas hasta el punto de haber terciado para que se les dé prioridad este mismo año.

La Generalitat presentó en 2014 la candidatura de las fallas, que quedó fuera de la lista de 2015, a la que se presentan 50 aspirantes, una por Estado. La previsión es que las Tamboradas de l'Alcora y Alzira sean candidatas en 2016 y las fallas en 2017. Sin embargo, García-Margallo dio ayer un giro y dijo que, pese a ser una competencia del Ministerio de Cultura, ha negociado e «insistido» para que se de prioridad a las fallas, solicitando una ampliación de candidaturas de 2015 a la Unesco para poder incluir a las fallas este año. La decisión final se sabrá en noviembre.

Bokova y Margallo aseguraron ayer que las fallas y la tamborada «no son incompatibles, sino bien apuntaron que en primer lugar se decidirá sobre las fallas. «Si las fallas no lo logran, no lo habré hecho bien», declaró el ministro.

La alcaldesa de Valencia, Rita Barberá, se empleó ayer a fondo para que la representante de la Unesco se llevara una buen recuerdo de la ciudad. Tras la inauguración del congreso internacional en el Palau de la Generalitat, se ofreció a la delegación de la Unesco un tour por los principales monumentos de la ciudad. El recorrido arrancó en la casa vestuario, sede del Tribunal de las Aguas, declarado Patrimonio Inmaterial de la Unesco, donde se le entregó a la directora general un blusón de síndico, que lo lució durante parte del recorrido.

Saltan las alarmas del grial

El tour continuó en la exposición del santo cáliz, en el Almudín. Irina Bokova y Margallo quisieron ver el cáliz auténtico que se custodia en la catedral por lo que la comitiva hizo escala en la Seo. Margallo, Bokova y la alcaldesa hicieron saltar las alarmas de la capilla del santo cáliz al franquear el cordón de seguridad para acercarse a ver la reliquia de cerca. La visita debía concluir en la Lonja, pero Rita Barberá, quiso mostrar a Bokova el Mercado Central, una joya del modernismo. Tras el intenso «tour», que Bokova aguantó sin perder la sonrisa diplomática, la comitiva se montó en un autobús y puso rumbo a un restaurante especializado en arroces de El Palmar, en la Albufera —también a Reserva de la Biosfera de la Unesco—.

En la inauguración del congreso, el presidente de la Generalitat, Alberto Fabra, confió en que las candidaturas de las fallas y la tamborada tengan «mucha suerte» y se mostró convencido de que tanto las alcaldesas de Valencia como las de l'Alcora y Alzira van a poner su esfuerzo para conseguirlo.

En una breve comparecencia ante los medios de comunicación tras el «tour», Barberá aseguró que no habían tenido ocasión de hablar sobre la propuesta del santo cáliz como patrimonio inmaterial. Tampoco sobre la peatonalización del entorno de la Lonja, pese a que la Unesco está ahora más por incidir en la gestión y financiación del patrimonio que en dar nuevos renocimientos.