Levante-EMV

Levante-EMV

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Cañas y barro

Gente de mundo

Gente de mundo

Nos guste, o no, vivimos en una sociedad globalizada. Parece que ya ningún lugar está lejos y el destino más remoto, lejos de ser un imposible, es una opción más para un proyecto futuro.

Esto que ahora es tan común o normal no siempre ha sido así, aunque supongo que una frontera a mar abierto ha aportado a nuestro carácter un carisma propicio a la novedad, con disponibilidad a salir y también a recibir. Algo que ha marcado nuestra genética y probablemente hace casi 700 años fue uno de los factores que llevó a quien ahora es nuestro patrón a recorrer los caminos de Europa para dar a conocer su fe, su convicción de cuál era el camino para que los hombres vivieran en concordia, para que incluso la iglesia se reconciliara y volviera a ser una.

Sant Vicent Ferrer, conocido en su época como Ángel de la Paz, Apóstol de Europa y hoy, patrón de toda la Comunitat Valenciana. Amante y «amador» de esta tierra que siempre llevó en su memoria: Aunque no viva en este mundo, yo siempre seré hijo de Valencia».

Hoy, segundo lunes de Pascua, le recordamos de forma especial, actos civiles y religiosos rememoran a un hombre que se erigió como paradigma para las valencianas y valencianos de toda época. Un hombre que supo salir y volver a su tierra, esa tierra de la que nunca se olvidó añorándola incluso en su último aliento a cientos de kilómetros del lugar que lo vio nacer.

Hoy, siglos después son miles de compatriotas de Sant Vicent los que cruzan fronteras para aportar a este mundo lo mejor de sí. Pero también son miles los ciudadanos de este planeta que ponen a Valencia en su agenda de viajes y, en ocasiones, como destino final.

La Comunitat Valenciana está abierta al mundo y para evidencias estos días de Semana Santa y Pascua. Valencia es un destino con garantías y no sólo por sus bondades naturales, también por la calidad de sus servicios y la amabilidad de sus gentes. La seguridad, la honestidad y esa forma de estar en la vanguardia sin olvidar ni renunciar a un pasado que es el que nos ha ido esculpiendo, modelando para ser quienes hoy somos. Esa peculiar idiosincrasia que siempre tiene algo diferente para ofrecer y sorprender.

La Comunitat Valenciana se ha convertido en la tierra merecida de quienes ya han llegado a esa edad dorada que aquí, bajo nuestro sol, reluce con especial fulgor. Me encanta ver a esos matrimonios de jubilados centroeuropeos recorrer en bici nuestros paseos marítimos.

Disfruto con el ambiente cosmopolita que se respira en la plaza de la Reina o por el barrio del Carmen€ Me acerco a los turistas para descubrir en qué idioma hablan y determinar el lugar del que proceden, mostrando siempre mi disponibilidad para aportar cualquier tipo de información que necesiten€

Pero también a los que llegan de otras comunidades€ Esas avalanchas de madrileños para quienes nuestras playas son sus playas, que no tienen pereza para recorrer cuatrocientos kilómetros después de una jornada de trabajo con tal de pasar un fin de semana en este que consideran su segundo hogar€

Por algo serဠY así deberá seguir, permaneciendo siempre abiertos al mundo, porque somos gente de mundo, como nuestro Patrón lo demostró allá por 1400.

Compartir el artículo

stats