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Mejoras

Las Torres de Viveros cambian de piel

Retiran el revestimiento de piedra para poner una fachada «ventilada»

La Pagoda, al inicio de las obras, de restauración . josé aleixandre

El Edificio Viveros, una de las promociones resultantes de la lucrativa operación urbanística impulsada en los años 70 por la alta burguesía valenciana en los terrenos de la antigua Feria de Muestras, en un emplazamiento privilegiado junto a Viveros y el Jardín de Monforte, está en pleno proceso de restauración. Desde hace unos meses se está retirando el revestimiento de piedra blanca de una de las torres, cuya fachada de ladrillo y cemento desnuda llama la atención desde la avenida Blasco Ibáñez.

Los vecinos de este edificio de viviendas espaciosas, amplias terrazas y acabados de lujo han acordado acometer una restauración integral de la fachada tras procudirse repetidos desprendimientos de las placas de piedra a la vía pública. La obra se ha encargado a la empresa Edifesa y la dirige el arquitecto Salvador González (Arquitectura+Disseny) quien ha aconsejado a la comunidad de propietarios la sustitución de las placas de piedra por una fachada ventilada de hormigón polímero, un material más ligero y resistente que la piedra natural.

Un presupuesto de 800.000 euros

El desprendimiento de las placas también fue un problema al que tuvieron que hacer frente los propietarios de la otra torre hace una década. Ellos optaron por la solución de atornillar una a una las placas de piedra al hormigón. Salvador González asegura que esta solución resulta hoy en día «inviable económicamente» por lo que aconsejó la colocación de una fachada nueva, ajustada a al normativa de rehabilitación actual, que además es más eficiente porque proporciona aislamiento térmico.

La técnica del aplacado pegado al hormigón fue muy utilizada hace unos años pero ha quedado en desuso. Ahora los revestimientos se fijan con perfiles metálicos al edificio y lo que permite crear cámaras de aire que ayudan a la ventilación del mismo. La reparación de la torre tiene un presupuesto de más de 800.000 euros y se espera que esté concluida este mismo año.

La rehabilitación del Edificio Viveros, una moderna construcción que no cuenta con ningún tipo de protección patrimonial, ha coindicido en el tiempo con la restauración de las fachadas y jardineras de la vecina Torre de Ripalda, también conocida como la Pagoda, obra de Antonio Escario, un icono arquitectónico de la euforia constructiva de la burguesía valenciana durante los años 70 del siglo pasado.

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