La controvertida revisión del Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) de Valencia, que prevé la recalificación de más de 400 hectáreas de huerta y la construcción de 17.000 nuevas viviendas, no saldrá adelante, al menos en esta legislatura. El documento debía haber pasado esta mañana por la comisión municipal de Urbanismo para poder ir al pleno del próximo viernes para su aprobación provisional aunque, finalmente, no se ha incluido en el orden del día.

Cabría la posibilidad de convocar una comisión extraordinaria de aquí al viernes, si bien todo indica que el Gobierno de Rita Barberá ha dado carpetazo a la revisión tanto para evitar que sus aspectos más polémicos le perjudiquen durante la campaña electoral como en previsión de futuros pactos postelectorales.

La nueva versión del PGOU que el equipo de gobierno presentó en diciembre, teóricamente suavizada al aparcar varios sectores urbanizables de huerta, ha recibido un fuerte rechazo tanto de vecinos como de colectivos ecologistas, universidades, expertos internacionales, colegios profesionales y hasta del Tribunal de las Aguas, un rechazo que se ha traducido en miles de alegaciones a las que los técnicos municipales no han dado respuesta antes del pleno del viernes.

El Gobierno de Rita Barberá trabaja en la revisión del PGOU de 1989 desde que en el año 2004 inició los trámites administrativos y las conversaciones para reformar el planeamiento urbano una vez extinguidos los 16 años de vigencia del plan aprobado por la corporación que presidía el socialista Ricard Pérez Casado en el umbral de la última década del siglo pasado.