La Asociación de Restaurantes de Valencia, integrada dentro de la Federación de Hostelería, considera que si el Ayuntamiento de Valencia elevara a la Conselleria de Gobernación un «no» rotundo a la celebración de macrofiestas éstas no se autorizarían. Esa es la opinión que sostiene José Palacios, presidente de los restauradores valencianos, quien confesaba que están «hartos de que unos y otros se laven las manos». La enésima queja surge tras la organización de las paellas en la Punta, de las que el consistorio insiste en que los permisos no son de su competencia y remite a la administración autonómica. Palacios incide en que por definición están en contra de los botellones, «por las molestias que generan a los vecinos, por el consumo excesivo de alcohol y porque van en contra de la ley».
Cosa bien distinta, asegura Palacios, son los eventos musicales «necesarios para la juventud y organizados con los permisos oportunos y donde se invierte en seguridad». En ese punto es donde emergen las reclamaciones del sector, que considera que las pérdidas que sufren podrían paliarse convocando a los hosteleros valencianos a prestar sus servicios. Desde la Federación de Ocio Nocturno incidían en que no entienden que desde las instituciones «se apoyen este tipo de eventos donde se va a beber y a generar ruido y suciedad a los vecinos». «Habría que velar por los negocios en marcha que tienen locales reglados frente a multiespacios sin condiciones», manifestaban. En cuanto a que el consistorio remita a Gobernación, insisten en que las instituciones «deberían estar interconectadas para velar por el bien de todos».
