El frenazo a los planes de rehabilitación de Ciutat Vella, entre ellos, el plan Riva y el plan de la muralla islámica del Carmen, y el desmantelamiento de entidades y empresas como Aumsa o el Ivvsa dedicadas a este cometido está frenando la llegada de población al centro histórico. Así lo evidencia las cifras de población oficiales del Ayuntamiento de Valencia, según las cuales Ciutat Vella tiene ahora menos población que en 1991. La población entonces era de 27.010 habitantes, y actualmente es de 26.221 habitantes.

Los barrios que más población han perdido en relación a 1991 son Sant Francesc, con mil habitantes menos, y la Xerea, que tiene casi 200 menos. El Pilar se mantiene y El Carme y La Seu crecen ligeramente. La evolución de la población en Ciutat Vella evidencia que el distrito tocó fondo entre 1996 y 2001, con cifras en torno a los 24.000 habitantes. Los niveles de población que habían empezado a recuperarse en los últimos tres años, volvieron a descender el año pasado.

Otro de los datos llamativos es la edad de la población en Ciutat Vella que está por debajo de la media de Valencia, situada en 42 años, frente a los 44 años del centro histórico.

Los socialistas atribuyen esta situación a la falta de inversiones en regeneración urbanística y a la desidia municipal al no aplicar los mecanismos de gestión urbanística que permite la legislación, como el Registro Municipal de Solares que obliga a los propietarios a rehabilitar sus inmuebles.

El tercer convenio Riva para Ciutat Vella sigue sin firmarse a pesar de que el anterior, que entró en vigor en1998, caducó en 2003. El plan de rehabilitación del entorno de la muralla islámica se aprobó en 2006 y solo se han ejecutado actuaciones aisladas de mejora de calles.

Muchas de las rehabilitaciones que tenía pendiente la Generalitat, algunas ya con licencia municipal concedida, en el centro histórico están paralizadas como consecuencia de los recortes y la desaparición del Ivvsa. En Ciutat Vella hay más de 300 edificios en estado ruinoso y con mallas protectoras que evidencian el abandono de uno de los mejores centros históricos de Europa.

Al parón en los planes de rehabilitación del centro histórico se suman otros problemas propios del centro histórico como los problemas de aparcamiento, el déficit de espacios públicos y zonas verdes y los problemas vinculados al ocio nocturno, especialmente en el Carmen, que disuaden a muchos de instalarse en el centro de la ciudad.

El portavoz socialista Joan Calabuig criticó al respecto que la política del PP haya sido ocupar espacios de huerta para nuevos barrios, olvidándose del corazón de la ciudad, con iniciativas de revitalización comercial, rehabilitación de viviendas y recuperación de calles y plazas para los ciudadanos.