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Parecidos razonables

Un trozo de Valencia con "aire" argentino

La historia del barrio de Russafa guarda paralelismos con San Telmo, en Buenos Aires

Barrio de San Telmo.

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Diez mil kilómetros separan Russafa del barrio de San Telmo, en Buenos Aires (Argentina). Quien pisa uno y otro, sin embargo, les encuentra muchas similitudes. Un proyecto de ensanche no exento de controversia, edificios de corte sencillo con pocas alturas, una etapa de degradación y posterior rehabilitación, un enclave de origen humilde reconvertido en punto de partida hacia una nueva modernidad... Algo que se repite a un lado y otro del Atlántico. «Más que por la estética del barrio, que también, es por el aire bohemio, por el movimiento cultural que viene caracterizándolo en los últimos años», explica Fernando Cantariño, quien rebusca en su memoria para encontrar semejanzas. «Los balcones de allí son como los de aquí, de estilo francés, el tipo de casas también...», manifiesta. Cantariño sabe bien de lo que habla. Este argentino vivió en San Telmo desde los cuatro hasta los dieciocho años. En Valencia lleva ya seis, y desde hace dos trata de sacar adelante un pequeño negocio, Jardín Urbano, en la calle Pedro III El Grande.

Cantariño no es el único argentino en una zona que ha experimentado una radical metamorfosis en la última década, con los planes de saneamiento puestos en marcha por el Ayuntamiento de Valencia. San Telmo es una de las zonas mejor conservadas dentro de la siempre cambiante Buenos Aires, y se caracteriza por sus caserones coloniales y sus calles, muchas de las cuales aún están empedradas con adoquines. Entre las atracciones que se pueden visitar en este barrio, se encuentran algunas iglesias antiguas (como la de San Pedro Telmo), museos, tiendas de antigüedades y de diseño, una feria de antigüedades y artesanías, la Feria de San Telmo, que toma lugar en la Plaza Dorrego y en la Calle Defensa cada domingo. Además de los puestos de artesanías, hay también artistas callejeros, músicos, bailarines, titiriteros, magos y estatuas vivientes. «La verdad es que si te paras a pensar sí hay un paralelismo entre San Telmo y Russafa», explica Cantariño.

«Como San Telmo, en esta barriada la gente se acaba conociendo toda y ayudando», asegura. De hecho, su comercio es una especie de aportación vecinal, donde libros, cuadros y hasta muebles han ido llegando de unos y otros. Un gran piano, adquirido en una casa de antigüedades, preside el local. Serena Amato, la compañera de Fernando, advierte que ahora no se utiliza. Algún problema de índole burocrático con el consistorio tiene la culpa de que haya dejado de sonar en esta tienda que empezó siendo de semillas y plantas para pasar a ofrecer desayunos, o la degustación de productos autóctonos. Desde hierbas a miel, hasta dulces típicos de comarcas valencianas. Mestizaje total, como en San Telmo. A la pregunta de si entre estos rincones de Russafa se echa de menos la Argentina natal, Fernando responde raudo: «No se extrañan los lugares, se extrañan las personas».

Similitud hasta en el número de habitantes y tipo de comercios

Con apenas 1,2 km2, San Telmo es el barrio más pequeño de Buenos Aires, pero uno de los mejor conservados. Mantiene en pie sus caserones coloniales restaurados y de colores vivos, como en el nuevo Russafa. «Tiendas de antigüedades conviven con las de diseño, además de tener muchas cafeterías y restaurantes, que le confieren un encanto especial», explica Fernando Cantariño. «Es muy cultural, porque a pesar de lo pequeño que es respecto a otras partes de la ciudad tiene muchos museos», señala. Aunque no llega al kilómetro y medio cuadrado en él viven 25.969 habitantes, otro paralelismo con Russafa, que en el padrón municipal de 2014 registró la cantidad de 24.006 vecinos. Las actividades económicas a uno y otro lado del charco también guardan similitudes, pues si San Telmo es mayoritariamente un barrio volcado en el turismo y los servicios, en Russafa un 53,5% guarda relación con el comercio, la restauración y las reparaciones, según las estadísticas del Ayuntamiento de Valencia. Sector terciario en ambos casos.

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