Siguiendo la norma de gran cantidad de fiestas de la ciudad, la Virgen de los Desamparados también tiene su particular «octava»; esto es, una continuación de festejos. En el caso de la patrona, éstos siguieron con la Ronda a la Verge y el espectacular besamanos. En esta ocasión, sin embargo, los festejos tienen un carácter muy particular, ya que se trasladas a la barriada de Quart, lo que se entiende como el Botànic. Allí se produce una particularidad festiva casi única: la imagen de la Virgen es compartida por dos asociaciones festivas y pasan su custodia en un particular ceremonial cada medio año. Se trata de ésta y de la que «la Huerta» de las que les separa la ahora frontera artificial de la Gran Vía Fernando el Católico.

La talla, del Siglo XVIII, es honrada aprovechando los casales falleros y la parroquia de San Miguel y San Sebastián es el centro neurálgico religioso. En la jornada de hoy se hacen toques manuales de campanas, así como una noche de «balls al carrer» nocturna.

El acto más importante de cualquier modo, es el domingo, con la procesión general, que prácticamente no deja ni una sola calle por recorrer. Este acto es desde las siete de la tarde y llega hasta la noche. En ese momento es cuando se produce el acto de entrega de la imagen a la asociación vecina.

Y luego, Sant Bult

Casi sin solución de continuidad, el testigo lo toma el barrio de Sant Bult, que se vanagloria de tener la fiesta más antigua de la ciudad, dedicada a su cristo. Una imagen también centenaria y muy especial, al tratarse de un cristo crucificado, pero vestido. Precisamente, el miércoles día 27 habrá una charla sobre el proceso de restauración de la misma.

El jueves 28 la fiesta ya sale a la calle con una muestra de música popular con cant valencià, tabal y dolçaina.

La fiesta grande ya llegará el sábado 30, en el que la imagen se traslada desde la sede social a la parroquia de Santo Tomás y San Felipe Neri. Ahí tiene lugar el pregón, que correrá a cargo del vicerrector de cultura e igualdad de la Universitat de Valencià, Antonio Ariño. El día siguiente tiene lugar la centenaria procesión, pero la imagen no se bajará hasta el primer día de junio.