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Y sin embargo me quedo

Adoro Valencia

Adoro Valencia

Que estalle la alegría no porque ha ganado un partido si no porque ha perdido otro es para hacértelo mirar. Si la mayoría de los valencianos ha pedido un cambio de gobierno con todo lo contrario a lo que ofrecías, de izquierdas, de aquí y sin mayorías absolutas, es para hacértelo mirar. Pero no, es mejor decir que una panda de rojos perroflautas se va a apoderar de Valencia. Por primera vez no voy a tener que agachar la cabeza delante de amigos de fuera cuando dice «si, pero ahí están, les seguís votando y con mayoría absoluta». Pues no, ya no, Valencia ha demostrado que sin complejos, sin miedos, quiere apostar por otras políticas, quiere saber, porque después de tantos años se le ha olvidado, si se pueden hacer las cosas de otra manera. Y que ese cambio lo encabece un partido valenciano y valencianista dice aún más. Confieso que tenía miedo, en el ambiente se respiraba que el cambio era ahora o nunca. Y eso da miedo, porque si no hubiera sido esta ciudad hubiera caído en una depresión. Ahora me asustan las esperanzas puestas en el cambio, las ganas que percibo de ver soluciones. El «no nos defraudéis» se está convirtiendo en un grito de guerra que añade presión a los futuros gobernantes.

Joan Ribó tiene un gran camino por delante, primero consensuar un gobierno, un equipo capaz de llevar adelante políticas para la ciudadanía. Confieso que no se qué quiero para Valencia, es como estar ante un bufet libre en el que sabes que puedes comer lo que quieras y hay tanta comida que no te decides. Y no me refiero a cantidad, porque de dinero va a haber bien poco, quiero decir que hay tantas cosas que se podrían hacer que no se por dónde empezaría. Lo que sí que tengo muy claro es lo que no quiero, no quiero leer un titular sobre corrupción de políticos, no quiero ver retrasos en los pagos de la ley de dependencia, no quiero ver desigualdad, no quiero ver desapego por la gente que está sufriendo, no quiero hermetismo en los presupuestos, cajas ocultas, despotismo.

Sé que se les va a exigir más que a los demás.

Es lo malo de llegar en el momento de la saturación, pero también se les agradecerá cualquier gesto, cualquier decisión que mejore la vida de las personas, que solucione problemas, que nos haga sentir orgullosos de esta ciudad. Y en cuanto a la bandera, ¿de verdad os preocupa eso viendo cómo está la Comunitat? ¿de verdad es más importante una franja azul que el paro? ¿que los jóvenes que se tienen que ir? ¿que la transparencia? A mi enséñame en qué te gastas mi dinero y explícame bien clarito por qué y ayúdame a tener una ciudad que sea ejemplo de integración, ecología y cultura y déjame de banderas que ya tengo muy claro quién soy y de dónde vengo. Lo que decía, tanto tiempo con las misma política que hay quien cree que será lo mismo y que sólo han cambiado las personas.

A los nuevos gobernantes: Tenéis mucho trabajo por delante, cuando nos sintamos todos iguales, cuando haya igualdad de oportunidades, cuando tengamos unos servicios públicos de calidad, cuando recuperemos oferta cultural, entonces os permito que perdáis el tiempo en señas de identidad, pero hasta ese momento, por favor centraos. Ningún escudo ni ninguna bandera va a cambiar lo que esta ciudad significa para mí, porque, no se si lo he dicho, pero adoro Valencia.

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