La nueva corporación municipal, cuyo pleno de constitución se celebrará mañana, tendrá menos asesores y menos sueldo, al menos el futuro alcalde, Joan Ribó, que ya ha anunciado ese gesto de austeridad y de proximidad a la ciudadanía. Son detalles que se pactaron ayer en la nueva Junta de Portavoces, en la que se acordó también mantener intacto el espacio asignado a los grupos y la dotación de funcionarios que disfrutará cada uno de ellos.

Según explicaron fuentes del grupo Compromís, el número total de asesores será de 45, doce menos de los 57 que hay en la actualidad, aunque bien es cierto que hay seis plazas vacantes. Es, en realidad, el máximo que marca la nueva Ley de Racionalización y Sostenibilidad de la Administración Local, que fija el tope de personal de confianza en el 0,7% de la plantilla.

El reparto de esos 45 asesores, cuyo sueldo supera los 57.000 euros anuales, se realizará a razón de uno por concejal (ahora es de 1,30), más un secretario de grupo para cada partido y otros 4 para la alcaldía. Los tres restantes se repartirán entre los tres grupos con más representación quitando a Compromís, es decir, para el PP, Ciudadanos y el Partido Socialista.

Según las fuentes, el Partido Popular ha pedido que se mantuviera la ratio de 1,3 asesores por concejal, pero la propuesta no ha sido aprobada por el resto de los grupos municipales.

Por lo que se refiere a los funcionarios que asisten a cada grupo, el acuerdo alcanzado ayer no difiere sustancialmente de lo que hay en la actualidad. Cada partido que forme parte del equipo de Gobierno (en principio están confirmados Compromís y València en Comú) tendrá tres funcionarios a su servicio, mientras que los grupos que estén en la oposición tendrán tres funcionarios cada uno más 0,5 por cada uno de los concejales electos.

Salarios y ubicación

En la Junta de Portavoces de ayer también se habló de salarios y ubicación de los grupos municipales, aunque la resolución final se dejó para después de la investidura, pues el futuro alcalde, Joan Ribó, quiere que estos asuntos tengan el máximo consenso de los partidos.

La idea inicial es rebajar salarios, aunque no es seguro. Únicamente está garantizado que el alcalde se bajará el sueldo, aunque la cuantía exacta tampoco ha sido fijada. Rita Barberá cobra en la actualidad más de 100.000 euros por la alcaldía.

Y en cuanto a la ubicación de los grupos, existe la garantía de que mantendrán los 40 metros cuadrados por concejal, lo que podría obligar a buscar instalaciones fuera de la tercera planta de la casa consistorial, que es donde están actualmente el Partido Socialista, Compromís y Esquerra Unida, los grupos de la oposición. El PP ocupa dos plantas de un edificio de la calle Arzobispo Mayoral.

No se habló nada de la asignación económica y los medios materiales que recibirá cada partido, una cuestión también clave para el funcionamiento diario.