El colectivo Acció Ecologista-Agró emplazó ayer al nuevo gobierno local del Ayuntamiento de Valencia que lidera Joan Ribó (Compromís) a aplicar un mayor control económico y ético y revisar las ayudas públicas a la concesionaria Rain Forest, que gestiona el Bioparc. La organización ecologista recordó que durante la etapa de Rita Barberá, el consistorio avaló la refinanciación de una deuda hipotecaria de 45,4 millones de euros a Rain Forest, empresa que anualmente ya recibe 900.000 euros de «subvención indirecta» para reducir el precio de las entradas.

AE-Agró espera que el nuevo alcalde, Joan Ribó, deje de dar un trato preferente a Rain Forest y aplique un mayor control a la concesionaria del Bioparc, «especialmente por lo que respecta a la su filosofía conservacionista, que parece reducirse a cuadrar los balances comerciales».

La organización ecologista recordó que el pasado mayo, la asociación Proyecto Gran Simio denunció públicamente que el Bioparc de Valencia estaba trasladando chimpancés jóvenes a otros zoológicos «por motivos meramente económicos», algo que los responsables del zoo negaron.

Para Agró, el Ayuntamiento de Valencia «no puede continuar haciendo la vista gorda con este tipo de actuaciones que impulsa Rain Forest». Por eso reclamó al nuevo equipo de gobierno local, en cuyo programa electoral se anunciaban restricciones a los espectáculos taurinos y a los circos donde se exhiben animales, que aplique un major control ético a la gestión del zoológico del Parque de Cabecera que realiza Rain Forest. El colectivo emplazó ayer a Ribó a revisar su política de ayudas a «un proyecto de gestión privada deficitario, a pesar de las continuas inyecciones de dinero público».

Agró recordó que Rain Forest paga actualmente préstamos por valor de 45,4 millones de euros, que le obligaron a presentar un plan de viabilidad económica para refinanciarlo, para lo cual los bancos exigieron un aval del Ayuntamiento. Además de convertirse en avalista, según Agró el anterior gobierno de Barberá inyectó 1,8 millones de euros a las arcas del Bioparc para garantizar su «equilibrio patrimonial» y se hizo cargo de una campaña publicitaria valorada en 298.000 euros.

A estas ayudas, ha que sumar, según Agró, los 900.000 euros de la «subvención indirecta» que anualmente recibe Rain Forest del Ayuntamiento para bajar el precio de las entradas y la explotación comercial de les 800 plazas de un aparcamiento que según el propio plan de viabilidad del Bioparc, «no es rentable, ya que el 90 % de las plazas no se utilizan desde que son de pago». AE-Agró puso ayer en duda la política de conservación e investigación impulsada por Rain Forest en sus ocho años de gestión del Bioparc, además de resaltar que ha sido incapaz de cumplir sus compromisos.

El ayuntamiento de Valencia adjudicó la concesión del nuevo zoológico y del parque de atracciones a Rain Forest, que de momento sólo ha puesto en marcha el zoo. En los terrenos del parque de atracciones se proyecta ahora un centro de hípica.