El Ayuntamiento de Valencia aprovechará la paralización del futuro carril bici de la Ronda Interior para reformar el proyecto y darle una anchura de dos metros y medio, el necesario para garantizar la movilidad en ambos sentidos. También está previsto eliminar algunos «puntos negros» del trazado actual para hacerlo más seguro, según anunció ayer Giuseppe Grezzi, concejal de Movilidad.

El anterior equipo de Gobierno del PP sacó a concurso este proyecto por una cantidad inicial cercana a los 600.000 euros y logró reunir a trece empresas con propuestas económicas a la baja. Antes de adjudicarse, sin embargo, una de las empresas impugnó la licitación al entender que había irregularidades administrativas y el proceso fue paralizado en la Junta de Gobierno del pasado viernes, la segunda que hacía el nuevo equipo de Gobierno que lidera Compromís.

Aprovechando este parón, además, la Concejalía de Movilidad se propone introducir reformas en el proyecto. «No hay mal que por bien no venga», dijo Giuseppe Grezzi, quien aseguró que ahora se ha a hacer «un carril bici en condiciones» con una anchura mínima de dos metros y medio y sin «los puntos negros» que tiene el actual. El objetivo, dijo, es garantizar la seguridad en determinados cruces para que la gente no tenga miedo y no haya problema con las bicicletas.

Un proyecto casero

El proyecto actual ha sido diseñado por el técnico municipal Manuel Sáez con un presupuesto inicial de 578.220 euros. La previsión de la Concejalía de Circulación y Transportes era empezar las obras este verano y acabarlas en un plazo de cuatro meses, de manera que en octubre pudiera estar operativo.

El carril bici recorrería las calles Colón, Xàtiva, Guillem de Castro, el cauce del río hasta la Plaza de Tetuán, la Glorieta y nuevamente a Colón, quitando en la mayor parte del trazado un carril de los coches.

Cuando este proyecto fue presentado al público, el grupo Compromís, entonces en la oposición, ya presentó su proyecto alternativo, parte del cual podría incorporarse ahora al diseño final.