Los planes de urgencia puestos en marcha en el Cabanyal han empujado a otros barrios de la ciudad a reclamar planes específicos y urgentes para sus vecinos, que llevan años denunciando el abandono al que se han visto sometidos en los últimos años y presentan problemas muy particulares y de difícil solución. Uno de los más activos en este sentido es Orriols, pero hay otros como el Grao, Nazaret, la Fuensanta, Fuente de San Luis, Torrefiel etc. en la cola de las ayudas.
Según explicó María José Broseta, presidenta de la Federación de Asociaciones de Vecinos de Valencia, «el Cabanyal es un barrio muy significativo, pero hay más barrios que también han tenido muy poco en los últimos años». «El problema de la limpieza es general en la mayoría de la ciudad», asegura, por lo que considera urgente aumentar los baldeos y la limpieza de contenedores. Pero además hay sitios que tienen sus propias miserias», ya sean urbanísticos, sociales, ambientales, de seguridad ciudadana o todo junto.
Así pues, cree que hay que hacer un estudio muy pormenorizado de la ciudad, fijar las prioridades y actuar con urgencia. Hoy precisamente se reunirá con el concejal de Participación Ciudadana, Jordi Peris, para hablar de la relación con los vecinos y hacer ese trabajo. A su juicio, «los propios vecinos tienen que conocer la situación de los barrios y establecer prioridades con el visto bueno de todos». Y, en principio, su petición es que el equipo de Gobierno trabaje con las asociaciones, de todo tipo, en vez de hacerlo de forma más asamblearia.
Orriols levanta la mano
Si de prioridades se trata, los vecinos de Orriols ya tienen la mano levantada. El pasado viernes Orriols Con-Vive celebró unas jornadas de reivindicación social en el descampado de la ermita y mañana está prevista una reunión de la presidenta de la Asociación de Vecinos, Maica Barceiro, con la concejala de Servicios Sociales, Consol Castillo.
Según Barceiro sus reivindicaciones llevan muchos años sobre la mesa y son distintas a las del Cabanyal, que ha tenido su propia trayectoria y sus propios complicaciones. Pero necesitan también un trato urgente.
En Orriols, por ejemplo, tienen problemas con la urbanización del barrio, con la calidad de los edificios „para los que piden una revisión global„ con la seguridad ciudadana y ahora, de un tiempo a esta parte, con los pisos que han sido recuperados por los bancos después de los desahucios.
Como ya ha informado Levante-EMV en varias ocasiones, esos pisos han sido ocupados por familias llegadas desde otros puntos de la ciudad y se han agravado los problemas de convivencia. «La calle está completamente sin control, hay jaleo hasta las cinco o las seis de la madrugada, con música, jugando al fútbol, y nadie hace nada», afirma Barceiro, quien lamenta que no haya Policía de Barrio o que el que hay no esté en la zona donde realmente se necesita.
En conclusión, detrás del Cabanyal hay una larga lista de barrios esperando también su momento y haciendo patentes sus históricas reivindicaciones. En este sentido, María José Broseta aseguró tener muy buena impresión del nuevo equipo de Gobierno y confía en que las promesas realizadas durante los años de oposición y sobre todo durante la campaña electoral las hagan realidad ahora.
La máxima dirigente vecinal es consciente de que hace falta dinero para todo, pero está convencida también de que «muchas cosas se resuelven con voluntad política», por lo que espera que el trabajo pueda empezar a visualizarse más pronto que tarde.
