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Turismo

El problema de los carteristas persiste pese a las alarmas lanzadas hace años

EE UU ya alertaba en el año 2009 en un informe filtrado por Wikileaks de la problemática de los hurtos

El problema de los carteristas persiste pese a las alarmas lanzadas hace años

Las recientes denuncias de guías turísticos y comerciantes del centro histórico sobre los hurtos que sufren ciudadanos y turistas a manos de bandas o grupos especializados de carteristas han obligado a las autoridades a tomar cartas en el asunto. Así, la intención del Ayuntamiento es ultimar un plan para blindar junto a la Policía Local y Nacional el centro de la ciudad y las zonas de mayor afluencia de visitantes. Un problema que no es nuevo, pues ya en 2009 la embajada de EE UU envió un informe a Washington „filtrado en el año 2013 a la web Wikileaks„, en el que aconsejaba tener «precaución» en la ciudad. Sin embargo, la reciente denuncia de la Asociación de Guías Turísticos (APIT) de que la imagen de la ciudad como destino turístico puede verse afectada por la acción de grupos de carteristas más o menos organizados ha encendido todas las alarmas en el Consistorio.

Y no son sólo los guías turísticos los que lanzan la voz de alerta. También la Asociación de comerciantes del Centro Histórico ha alertado recientemente sobre los robos que sufren los viandantes y han llegado a pedir la instalación de cámaras de seguridad en al menos 13 calles del centro de Valencia. Tanto guías como comerciantes lamentan la imagen de inseguridad con que regresan algunos visitantes, y esto, en la era de la redes sociales, los foros de vajeros en Internet y el boca a boca digital puede llegar a afectar a un sector clave en la economía de la ciudad.

Imagen negativa

En esencia, esta problemática sigue un esquema, unas ciertas pautas. Así, en el primer acto un grupo de turistas desembarca en el Puerto de Valencia, coge un autobús turístico y aparece en el centro de la ciudad. Segundo acto; disfrutan de un recorrido por los principales monumentos del casco histórico sin percatarse de que son desde hace rato seguidos por uno o varios individuos compinchados, que llegan a infiltrarse en el grupo. Tercer acto; uno de los turistas hace ademán de llevarse la mano al bolsillo trasero del pantalón, donde tenía su cartera, para darse cuenta de que ya no está. Y, por último, el acto final: cunde la indignación en el grupo, que vuelve receloso al crucero. Éste es el panorama al que se enfrenta con frecuencia la APIT, que recientemente ha alertado a las autoridades de la visión negativa que desarrolla parte de los viajeros que visitan la ciudad precisamente por los carteristas.

Valencia apostó hace 10 años por incluir en su modelo turístico a los cruceros. En esta década el número de cruceristas se ha multiplicado por 37, de los iniciales 10.000 a los más de 367.129 que visitaron la ciudad el año 2014 „un 30 % menos que en 2013„. Las previsiones para este año apuntan a que serán 370.732 los que llegarán en 2015 en unas 167 escalas que sitúan Valencia como un destino importante en el circuito crucerístico en el Mediterráneo pese al notable descenso experimentado en número de viajeros desde su pico en 2012 de casi medio millón de visitas.

Aún así, este turismo es un factor económico clave para la ciudad. Para muestra un botón. Según los datos de la Cruise Line International Association (CLIA), el impacto económico total del turismo de cruceros en Valencia fue de alrededor de 60 millones de euros en el año 2013. Unos datos que completa la APIT, que estima que el gasto medio de los cruceristas libres está entre los 30-50 euros por visita, mientras que los cruceristas excursionistas elevarían esta tasa de gasto hasta los 110-170 euros.

Un pastel demasiado jugoso como para dejar que la acción de grupos organizados de delincuentes lo estropee. Es por ello por lo que el Ayuntamiento ha decidido ponerse manos a la obra. De esta manera, el Plan de Turismo 2016-2020 que ultima la corporación municipal hace especial énfasis en el desarrollo de un plan disuasorio y preventivo contra los robos que sufren los visitantes. Un plan que implicará identificar las zonas calientes, las de mayor afluencia turística y por tanto con más riesgo de aglomeraciones que son aprovechadas por los delincuentes para esconderse en el anonimato de la multitud, así como ampliar la presencia policial en dichos puntos y en los lugares de subida o bajada de los autobuses.

EE UU alertó en el año 2009

Y todo ello para hacer frente a un problema que viene de lejos, como lo atestigua el hecho de que en las célebres filtraciones a la web de Julian Assange, Wikileaks, del año 2013, hubiera un cable de la Embajada estadounidense, fechado en 2009, que hablaba de la seguridad en Valencia.

Fue con motivo del foro España-EE UU que acogió la ciudad en octubre de ese año cuando la legación diplomática remitió un informe con una recomendación sobre seguridad en el que sugería estar «alerta» con los «carteristas». Era, de hecho, una recomendación genérica que se hacía extensible a ciudades como Madrid o Barcelona. «En general España es segura, sin embargo, Madrid, Barcelona y otras ciudades grandes „incluyendo zonas turísticas como Benidorm„ atraen a una gran cantidad de carteristas y ocurren incidentes contra los incautos», rezaba el informe en aquel lejano 2009.

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