Una decena de personas fueron atendidas ayer por la mañana en la posta sanitaria de la playa del Saler, junto al antiguo polideportivo, por irritaciones en la piel provocadas, según fuentes de Cruz Roja, por veneno de medusa en suspensión presente en el agua. Las altas temperaturas, el buen tiempo con mar en calma durante días y la calidad del agua, cristalina en esta zona, conforman las condiciones ideales para las medusas, que se han concentrado en grandes bancos a unos cientos de metros de la orilla. Aunque no son visibles por los bañistas, estos animales exudan una sustancia tóxica que se queda en suspensión en el agua y que si no hay corriente, puede acumularse y provocar pequeñas irritaciones en la piel.

Eso es, precisamente, lo que ha pasado en la playa del Saler. Tal como fuentes de Cruz Roja confirmaron ayer, durante las primeras horas del día entre 10 y 15 personas acudieron a la posta sanitaria de la playa aquejados de picores e irritación en la piel. Había algo en el agua, como dijeron alarmados algunos bañistas. Algo venenoso. Estaban en lo cierto. Se trata del propio veneno de las medusas. Estos animales exudan por los tentáculos una sustancia venenosa que surge de unas células urticantes llamadas nematoscitos.

Aunque normalmente este veneno se exuda cuando la medusa «pica», esto es, cuando sus tentáculos entran en contacto con la presa o el bañista desprevenido, cuando se concentran en grandes cantidades la sustancia tóxica puede quedarse flotando en el mar durante días. Si este mar permanece en calma, el veneno no desaparece.

No es una situación alarmante

No se trata, en ningún caso, de una situación alarmante. Desde Cruz Roja insistieron en que apenas hubo una decena de atenciones, quizá veinte, y de pequeña importancia en la posta del Saler, y repitieron que los análisis del agua del mar, que se realizan todas las semanas para determinar la presencia de contaminación o agente químicos en el agua y si esta es apta o no para el baño, salieron normales la pasada semana y, probablemente, saldrán también normales esta misma semana. De hecho, el Ayuntamiento de Valencia informaba ayer de que la calidad del agua en todas las playas de la ciudad era «excelente».

Se espera que la situación se normalice en los próximos días por el efecto de las corrientes y las mareas. Sin embargo, Cruz Roja izó ayer la bandera amarilla, junto a la enseña blanca que indica la presencia de medusas, en las playas del parque natural para informar del motivo de la bandera amarilla. Algunos de los bañistas que entraron ayer al mar salieron minutos más tarde con reacciones en la piel, similares pero no tan graves en ningún caso como las picaduras de medusa propiamente dichas. En estos casos, el tratamiento de las postas se limita a tratar con betadine jabonoso las reacciones dérmicas y en limpiarlas bien, aunque poco se puede hacer más allá de esperar que pase el picor porque no hay células urticantes en la piel. «No es mucho escozor tampoco, hay que aguantar un poco», explicaron ayer fuentes de Cruz Roja.

La presencia de medusas en las playas de la ciudad es relativamente común todos los veranos, motivada por las altas temperaturas. La situación nunca ha llegado a ser grave pues los ejemplares del Mediterráneo no son letales, aunque sí pueden provocar importantes complicaciones en personas alérgicas o con las defensas bajas.