Los pisos de los bancos, que se cuentan por decenas en los barrios humildes de la ciudad, se han convertido en un foco de problemas para las comunidades de vecinos y los propios barrios. Además de no pagar comunidad ni servicios generales, han permitido que sean ocupados ilegalmente por familias que suelen romper las puertas y hacer conexiones ilegales para disponer de agua o de luz. Así mismo, estas familias han generado un clima de delincuencia que según Maica Barceiro, presidenta de los vecinos de Orriols, ya es insoportable. El acoso a las personas mayores y los robos en los comercios se han convertido en habituales, dice. También en la Fuensanta el presidente de los vecinos, Antonio López, ha denunciado la inseguridad creciente.