La Policía Local de Valencia abandonará el amarillo fosforescente de sus uniformes para recuperar el azul de toda la vida y de esa manera pasar más desapercibidos en su trabajo diario. Los colores llamativos introducidos antes de la Copa del América para dar imagen a la ciudad han resultado poco operativos en el día a día y una de las quejas más habituales de los profesionales. El recambio, por tanto, ya está en marcha, aunque se irá produciendo a medida que se vayan rompiendo las prendas actuales. El proceso tardará al menos un año y medio o dos.

Según explicó ayer la concejala de Protección Ciudadana, Sandra Gómez, las quejas recibidas desde su llegada a la Delegación de Policía aconsejan «un cambio del modelo policial en todos los sentidos», de manera que ya se han tomado las primeras medidas para que los agentes «se sientan escuchados y motivados».

Cuestión de discreción

La primera de esas medidas será cambiar el uniforme. El actual, cuyo elemento más destacado es el amarillo fosforescente de su parte superior, fue introducido por el anterior equipo de Gobierno del PP para mejorar la imagen del cuerpo de cara a la Copa del América. Ese llamativo color, sin embargo, no resulta operativo. «El agente es más reconocible como objetivo, mientras que el azul es más discreto», asegura Gómez. Es más, con esos colores los policías son fácilmente localizados por los delincuentes, «los ven a kilómetro», lo que dificulta las intervenciones en las que la discreción es importante. «El amarillo no es eficaz ni eficiente, genera muchos problemas de seguridad y nosotros queremos olvidarnos de la estética y centrarnos en cuestiones técnicas», explicó la edil.

Se volverá, por tanto, al color azul de toda la vida. Será el mismo uniforme, pero con la parte amarilla también en azul marino, igual que el equipaje que llevan ahora los Grupos de Operaciones Especiales (GOES) de la propia Policía Local.

No está previsto, además, gastar dinero en este cambio, pues la idea es sustituir los uniformes a medidas que se vayan quedando viejos. Ya este otoño se hará el primer pedido y el proceso podría durar entre un año y medio y dos años.

Según Sandra Gómez, «lo del uniforme era un clamor dentro de la Policía Local, era una cosa muy importante», porque la decisión del anterior equipo de Gobierno había sido «una decisión caprichosa», prueba de lo cual es que «en muchos municipios donde se impuso este uniforme ya lo han cambiado». «Cuando todo el mundo dice que algo no funciona, es que pasa algo», asegura la concejala.

Decisión «precipitada»

Frente a este criterio, el concejal del PP Félix Crespo considera «precipitada y no valorada suficientemente desde el punto de vista de la seguridad» la decisión de cambiar los colores de la uniformidad de la Policía Local. Esta medida «debería ser aprobada por la Mesa Técnica de la Policía Local y contar con los informes técnicos que la avalen, porque la visibilidad de los agentes resulta fundamental para su seguridad y para ser visibles por los ciudadanos», por no hablar del coste económico de la operación, dijo.