Las subvenciones del ayuntamiento a las fallas de especial se mantendrán para el próximo año en líneas similares a las cifras de los últimos años pero su continuidad a partir de 2017 está en el aire. Eso es lo que ayer transmitió el concejal de Fiestas y Cultura Popular, Pere Fuset, a la comisión de fallas de especial tras mantener su primer encuentro con ellas desde que accedió al cargo.

Las ayudas se van a mantener en cifras similares porque desde el ayuntamiento son conscientes de que han llegado a mitad del ejercicio fallero, cuando los monumentos ya se han adjudicado y el presupuesto está casi cerrado. «La prudencia reinará a la hora de establecer las subvenciones para que se parezcan a las del año pasado», dijo Fuset. No obstante ese compromiso se limita únicamente a la edición de 2016, pero de cara a 2017 se espera un cambio. Los planes del consistorio pasan por realizar un plan estratégico de la fiesta fallera que estudie el impacto económico pero, sobre todo, cultural y social de las fallas para a partir de ahí saber cuáles son elementos más importantes y rentables y entonces, fomentarlos.

Desde las fallas de especial, su presidente, Rafael Ferrero, aseguraba ayer que están «esperanzados porque el compromiso está ahí, pero después veremos». Ferrero se alegra de que se mantengan las subvenciones para el próximo año aunque es consciente de que eso «tienen que ver cómo están de dinero primero». «La intención es buena pero habrá que ver si se cumple o no», decía el presidente.

En cualquier caso, las fallas de sección especial abogan porque se mantenga la línea practicada por el gobierno de Rita Barberá más allá del año que viene pero, consciente del cambio al que aspira el nuevo consistorio, les piden que al menos se den prisa al fijar las nuevas directrices. «Tendrán que decidir su política de ayudas pronto porque contratamos muy pronto; lo que queremos es que nos lo digan con tiempo», pedía Ferraro.