La ciudad de Valencia tiene en la actualidad más de 600 apartamentos turísticos operando irregularmente, tantos como hay legalizados. Así lo aseguraron ayer los responsables de la Asociación de Apartamentos Turísticos de Valencia (Apartval) tras su reunión con el responsable de Turismo, Joan Calabuig, y el concejal de Comercio, Carlos Galiana.
Dos fueron las cuestiones más relevantes de esta reunión: los apartamentos ilegales y la adaptación de los que funcionan legalmente. Del primer asunto fueron los propios empresarios los que hicieron saber a los responsables municipales la situación de Valencia, que, a su juicio, es grave y exige de más inspecciones y fuertes denuncias, pues esos apartamentos ilegales son una competencia desleal para ellos, son los que generan molestias a los vecinos y los que dan una mala imagen de la ciudad, dicen.
Su número, además, sigue creciendo, tanto en el centro como en la playa, de manera que en la actualidad hay tantos apartamentos legales como ilegales, más de 600, afirman. La idea, según se acordó ayer, es perseguir esta ilegalidad.
Por otro lado, hablaron de la adaptación de todos los apartamentos al uso que realmente tienen, que es comercial-terciario. En este sentido, los empresarios discrepan del equipo de Gobierno municipal, que quiere que cumplan los requisitos de establecimientos hoteleros. A su juicio, «si en un edificio hay dos o tres apartamentos alquilados, no es posible, por ejemplo, tener escalera de emergencia, entre otras cosas porque no aumenta el aforo del edificio y no es necesaria». Así pues, han llegado a un acuerdo para trabajar en el asunto e imponer «el sentido común», dicen.
Los interlocutores municipales, por su parte, aseguraron que van a trabajar «para elaborar una normativa clara y previsible que permita nuevas inversiones en el sector».
