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Un día en la vida

Catálogos

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Uno de los mejores ejercicios que se pueden hacer para conocer cualquier ciudad, es sin duda, pasear por sus calles. Hay que hacerlo detenidamente , sin prisas, comprobando en primera persona la conservación de sus zonas verdes y su limpieza, analizando la movilidad de la misma y porque no, prestando especial atención a sus establecimientos emblemáticos, integrantes de su paisaje urbanístico y protagonistas de la historia de la ciudad.

Un comercio siempre explica una historia, que no sólo es económica, sino también artística. Con su imagen exterior, proyecta el devenir de la ciudad, uniendo el esfuerzo de su fidelidad al negocio con el de mantener intacto el aspecto exterior del mismo.

En Valencia, a pesar de existir un catálogo municipal de comercios emblemáticos que recoge su planteamiento urbanístico, referencias históricas y régimen de intervención, hemos perdido un buen número de ellos. En algunos casos, los edificios que los albergaban han desaparecido, en otros, los negocios , que suelen ser de reciente apertura, han cambiado por completo la fisonomia del local de forma drástica y abrupta. ¿Quién no recuerda el escaparate y la preciosa marquetería de la ya desaparecida «Confitería Villanueva» en la concurrida calle Don Juan de Austria? Se imponen las líneas depuradas, los angulos rectos, los espacios diáfanos, la carpinteria de PVC€ La semana pasada me refería con nostalgia al «Café Ideal Room», de la calle de La de Paz, uno de los cafés de la vanguardia intelectual de la Valencia republicana. Este mismo periódico anunciaba hace pocos dias la total desaparición, con las obras de apertura de un nuevo negocio, de cualquier vestigio de esa época. Lo único que permanece es parte del nombre. Uno más a la lista, uno menos del catálogo.

Durante los 24 años de gobierno de la derecha en Valencia, cualquier comparación que se propusiera con otras ciudades era rechazada con desdén por el PP, aduciendo que «nadie era mejor que nosotros». Esto evidemente , no era más que una excusa para tapar lo que aquí no se hacía. En Barcelona, existe una campaña municipal llamada "Guapos per sempre" que desde 1994 reconoce como un servicio a la ciudad, a todos aquellos establecimientos de más de 50 años de antigüedad, que han mantenido tanto su aspecto exterior como su actividad en la misma rama comercial.

Inspirándonos en esa idea, en noviembre de 2011, se aprobó por unanimidad una propuesta de EUPV para que se ayudara tanto al mantenimiento de estos negocios como a la conservación del establecimiento. Lamentablemente, cuatro años después, basta un paseo por Valencia para comprobar como decenas de pequeños comercios, de larga tradición y solera, han dado paso a franquicias, que en aplicación de su propio catálogo de estilo , han modificado por completo decoración y exterior de los locales. Confío, aunque albergo pocas esperanzas, que la emblemática «Horchateria El Siglo», fundada en 1836 según reza su preciosa fachada de azulejos y que cerró sus puertas hace pocos meses, no se incorpore finalmente a este triste catálogo de olvidos.

Aún se está a tiempo de intervenir para salvar o recuperar aquellos establecimientos que contrinbuyen a la vida de la ciudad, que es el paisaje cotidiano de l@s valencian@s. Pero como en todo, sólo hace falta la voluntad de querer hacerlo. Estaremos atent@s.

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