En sólo dos lustros, el coro valenciano «Cantoria Hipponensis» ha logrado un puesto relevante en la música de la ciudad, pues sus setenta y seis componentes „¡sí, 76!„ permanecen a pesar del tiempo transcurrido y siguen encantados son esta actividad oral. El pasado uno de julio, todos ellos, damas y caballeros, estuvieron presentes en el escenario del Palau de la Música, ataviados con su traje negro y sus pañuelos y corbatas de color naranja.
Este orfeón surgió en el año 1905 por iniciativa de ocho cantores, que en seguida encontraron eco en casi setenta más. Lograron enseguida el apoyo de los padres agustinos del colegio Santo Tomás de Villanueva, y allí continúan ciento veinte meses después, acogidos con afecto por la citada comunidad religiosa. El oyente que acude por primera vez se pregunta de dónde viene ese nombre „hoy, ya, «renombre»„, y en seguida explican que «Cantoría» era la denominación del lugar donde se entonaba en las primitivas iglesias, e «Hipponensis» se refiere al gentilicio de la sede episcopal de San Agustín; es un reconocimiento al apoyo que recibieron y siguen recibiendo de los religiosos agustinos.
Entre los numerosos participantes desde hace diez años, es de destacar la presencia del presidente de la entidad, Eugenio Ruiz Maldonado, quien comparte el cargo con su sitio entre los cantores; y destaca también el nombre de la directora, Inmaculada Burriel Montoro, que, además de coordinar a sus discípulos, tras el concierto de aniversario mostró sus cualidades como solista, levantando los aplausos de los asistentes que abarrotaron el salón Iturbi del Palau. Y lo mismo el pianista Arturo Barba Sevillano, que acompañó a los cantores pero también demostró su capacidad en un «solo» al final del acto.
Una de las características de este orfeón es que no se limita a un repertorio clásico o moderno, sino que entremezcla varios y así demuestra su capacidad de adaptación a modos y estilos. En dicha sesión de aniversario, se pudo oir fragmentos de óperas, entre otros, de Rossini, de zarzuelas, de Chueca y Chapí, y hasta modernas y populares, como el «Eres tú» de Juan Carlos Calderón. Y sorprende al espectador ver cómo interpretan, una detrás de otra, piezas como las de «El rey que rabió», «La verbena de la Paloma», «Nabuco» o «Ave María» de Tomás Luis de Victoria.
A los varios centenares de espectadores ya no llama la atención este éxito y estilo de los cantores de la «Cantoria Hipponensis», pues a lo largo de diez años han reiterado su asistencia y han aumentado la compañía por el «boca a boca» entre los aficionados, que cada vez son más Porque esta agrupación ha llevado a cabo una doble tarea en su tiempo de existencia: y es que, sí, ha fomentado la labor de «Cantores», que con su partitura en la mano acuden cada vez con más entusiasmo a los ensayos y conciertos; pero es que, además, ha fomentado el entusiasmo de «Oidores», es decir, del público valenciano tan aficionado a oír y, sobre todo, a «escuchar».
