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El peligro de las terapias pseudocientíficas

Cruzada contra la pseudomedicina

El padre de un joven que murió de leucemia tras ser atendido por un supuesto médico naturista quiere que su caso sea un ejemplo

Julián con la foto de Mario ante la Conselleria de Sanidad. j. aleixandre

«Papá, creo que me he equivocado». Mario Rodríguez fue un chico normal. Estudiante de Física, alto, corpulento...la vitalidad del joven ya se desprendía por esa cabellera morena y espesa con la que contaba. Sin embargo, la enfermedad frenó momentaneamente su vuelo como a muchos otros. El 7 de enero de 2013, los médicos del Hospital Arnau de Vilanova en Valencia diagnosticaron leucemia a este estudiante de 21 años, y seis meses después, esta misma enfermedad le cortaba las alas definitivamente.

«Fue muy duro. Su madre y yo nos quedamos destrozados. Pero no murió, nos lo quitaron», cuenta Julián Rodríguez, el padre del joven quien desde hace meses no descansa contando la historia de su hijo con tal de que no vuelva a repetirse. Tras diagnosticarle leucemia, Mario se sometió a tratamientos de quimioterapia que consiguieron paralizar su enfermedad durante un tiempo, y quedó a la espera de un transplante de médula ósea. La simpatía de la madre del joven por la medicina naturista y diversas publicaciones en Internet, hicieron que Mario se replantease firmemente acudir a tratamientos alternativos a los que ofrecía el hospital.

«Acudimos a un centro donde se suponía que hacían este tipo de métodos naturales. Este hombre le dijo a Mario que curaba el cáncer, y mi hijo le creyó», lamenta el padre. El médico resultó no ser médico, y el centro acabó siendo la sede de personas desesperadas atraídas por los videos y las publicaciones de este gurú.

Después de meses con el nuevo tratamiento y con un desembolso de más de 5.000 euros por parte de la familia, la leucemia volvió con más fuerza, llevándose finalmente al joven. «Ser médico naturista es un oficio muy respetable, pero este médico no lo era. Quiero que el caso de Mario sirva de ejemplo para alertar a la sociedad sobre este tipo de terapias. No todo lo que se añade 'alternativo' detrás es bueno. Se aprovechan del tirón del término para vender», explica Julián, para quien las visitas a la Conselleria de Sanidad o al Ayuntamiento de Valencia se han convertido en rutinas desde hace meses.

Concepto eliminado

«Con mis quejas a conselleria, se consiguió que este señor eliminara el concepto de medicina natural' de su rótulo, ya que no cuenta con ninguna clase de título que lo avale. Sin embargo, Llorente sigue con su actividad en la ciudad», apunta el padre.

Este tipo de establecimientos no-científicos «se acogen» según Juliá, a un vacío legal «enorme». «Ellos dependen del ayuntamiento y no de la conselleria, pues no son considerados sanitarios», explica el padre, quien desde su colectivo, la Asociación para Proteger al Enfermo de las Terapias Pseudocientíficas, intenta que estos se regulen con las mismas pautas y exigencias que los centros sanitarios.

«Muchos farsantes se han acogido a este vacío legal, por lo que el ayuntamiento únicamente tiene que comprobar que sus locales tengan salida de emergencias o váter para discapacitados», señala Julián. El colectivo está siendo formado por abogados y antiguos enfermos de cáncer que en su día acudieron a alguna terapia no-científica. «Cada vez sé de más casos. Mi hijo se dio cuenta tarde. Cuando le quedaba muy poco, él me confesó que se había equivocado en su elección, y yo le contesté: no hijo, a ti te han mareado la cabeza».

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