Las obras de reurbanización de las calles Hernán Cortés y Pizarro empezaron ayer con una fecha de finalización que en ningún caso será inferior a los seis meses, un periodo de tiempo «dilatado» que preocupa y mucho a los comerciantes de la zona. Ayer las máquinas estuvieron picando la acerca par de Hernán Cortés, un trabajo en el que invertirán los próximos dos o tres días. En la calle Pizarro las obras para levantar la calzada se iniciaron con algo más de retraso, ya que la presencia de algunos coches estacionados en la calle obligó a llamar a la grúa.

Con el ruido de fondo de las primeras taladradoras, el sentir de buena parte de comerciantes ayer era la resignación. Están molestos porque las obras vayan a durar tanto tiempo y temen que supongan un importante descenso de ventas en los negocios que ocupan ambas calles. No obstante, son conscientes de que al final revertirá en una mejora para ellos al hacer la calle más atractiva para el comercio, con más aceras, pasos de peatones y árboles.

«Nuestra principal demanda es que la calle no deje de ser accesible para las personas a pesar de las obras porque si no el negocio se nos muere», comentaba ayer Francisco, dueño de uno de los restaurantes la zona. En la misma línea, Nuria, dependienta de una mercería, aseguraba que estas obras les iban a «afectar mucho» y lo van «a pasar muy mal, sobre todo a partir de septiembre» ya que el volumen de negocio es ahora más bajo por toda la gente que está de vacaciones.

Sin embargo mucho más conciliadora se mostraba la gerente de la Asociación de Comercios del Centro Histórico, Julia Martínez, que aseguraba que están «encantados» con estas obras, que, recuerda, son fruto de una propuesta de los propios comerciantes. «La única pena es que hayan empezado tan tarde», explicaba, por culpa del retraso «lógico» que ha supuesto el cambio de gobierno en el consistorio, ya que esperaban que empezasen el 15 de junio. Lo importante ahora para todos es que en Navidad no haya ni rastro de las obras aunque queden detalles por terminar, como la plantación de los árboles, para evitar empañar la campaña de Navidad.