Si se ponen a contar los problemas del barrio de Orriols les faltan dedos en las manos. Si se trata de explicar las actividades que realizan a diario para regenerarlo, también. Ahora bien, hace tiempo que se dieron cuenta de que la unión hace la fuerza. Por ello, diversas entidades de la zona se unieron hace tiempo en la plataforma cívica Orriols Con-Vive y desde entonces no han parado de trabajar.

Su sede es un local alquilado en el corazón del barrio, frente al solar de la Ermita. Allí celebran un sin fin de actividades; allí se reúnen para planificar actuaciones con las que denunciar las carencias del barrio; allí escuchan a los vecinos con problemas que, desesperados, buscan quien les orienten; allí realizan cursos „de radio, de cocina, de informática, de idiomas...„ para formar e integrar a los inmigrantes y a los vecinos «de toda la vida»; allí congregan a los jóvenes para motivarles... Por eso, el local es un ir y venir constante de gente de todas las edades y razas. Llevan la organización a rajatabla, pero ni les gusta ser protagonistas ni colgarse medallas. La labor social con el barrio la tienen más que clara y todos los esfuerzos son pocos. Sin embargo, el barrio suma tantos problemas que necesitan que el Gobierno se «acerque hasta aquí y empiece a adoptar medidas de regeneración porque durante años hemos sido los grandes olvidados de esta ciudad».

Entre las reivindicaciones que tiene la entidad destaca «la limpieza; un plan de rehabilitación integral (aceras,mejora de edificios, zonas verdes...); un local social para personas en situación de exclusión social o de la tercera edad; más policía de barrio, un plan de acción contra el desempleo (el barrio es uno de los que suma una tasa más alta de desempleados); una guardería municipal y una mayor dotación para el centro de salud, entre otros».

En Orriols Con-Vive son incansables. Y es que igual se ponen a limpiar las calles para evidenciar que están sucias, como organizan unas jornadas sobre infraestructuras (Ciudad Sensible 2015) donde no faltó de nada. Todo ello con el objetivo de recuperar la dignidad de un barrio que ahora está más unido que nunca.