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El campanario solitario

El campanario solitario

La calle de Serranos ha sido desde siempre un eje importante del centro histórico de Valencia. Durante un tiempo se la llamó calle Mayor de San Bartolomé ya que allí se encontraba una de las iglesias más antiguas de la ciudad, la Colegiata de San Bartolomé. Tuvo su origen en la época del emperador Constantino y fue construida sobre el lugar que ocupó un templo pagano dedicado al dios Baco. Durante el período musulmán no fue destruido, subsistió como templo mozárabe. Con la conquista Jaume I se la entregó a los Caballeros del Santo Sepulcro quienes edificaron en 1239 una iglesia gótica bajo la advocación de San Bartolomé Apóstol. Toda ella obra de sillería desde los cimientos hasta el techo, fuerte y bien labrada. Fue derribada para engrandecerla y reconstruida en 1682. Era una de las más grandes de Valencia.

El altar mayor de la Colegiata de San Bartolomé de madera dorada, tenía tallas del escultor Leonardo Julio Capuz, tablas atribuidas a Joan de Joanes, en el trasagrario, pinturas de Juan Ribalta „hijo de Francisco Ribalta„, y el lienzo del nicho principal, del célebre fresquista Palomino. La torre del campanario construida en estilo barroco era de planta cuadrada y dividida en tres cuerpos: el primero de sillería , el segundo de recuadros de cemento y el cuerpo de campanas, en ladrillo con arco de medio punto, con pilastras estriadas de orden dórico, acababa con un cupulino construido en el siglo XVIII y en su ápice una de las más grandes y vistosas veletas, representaba un dragón que San Bartolomé tenía atado del cuello por una cadena, la cola del dragón señalaba los vientos. Por desgracia la parte alta del campanario desapareció. El campanario fue declarado Monumento Artístico Nacional en 1981.

San Bartolomé es el patrón de los curtidores ya que fue desollado vivo, se le suele representar con un gran cuchillo , como el que debió de servir para quitarle la piel, sobre un potro o atado a un árbol.

Incendiada durante la Guerra Civil, la Colegiata de San Bartolomé quedó en tan mal estado que tuvo que ser derribada en 1940. Sólo se salvó la torre campanario gracias a que la Real Academia de San Carlos elaboró un riguroso informe solicitando al Ayuntamiento que impidiera su derribo. Ya no tenía su hermoso remate, ni su famosa veleta, ni tampoco aquel cupulino que tan bien le identificaba de lejos. También desapareció en 1936 la Mare de Deu Grosa que estaba colocada sobre la puerta principal.

Sus tres portadas fueron diseminadas por diversos lugares, la que recaía a la calle Concordia se trasladó a la Escuela de Artes y Oficios de Burjassot, la portada principal que daba a la plaza de Manises, puede observarse en la iglesia parroquial del Barrio de San Marcelino „llamado así en recuerdo del arzobispo de Valencia Marcelino Olaechea„, y en relación con la tercera, no se sabe si desapareció o se encuentra en los Jardines de Viveros. En el suelo que ocupó la hermosa Colegiata de San Bartolomé hay ahora unos edificios sin mayor valor arquitectónico, a su lado un insólito campanario que no está adosado a iglesia alguna, vestigio de la gran Colegiata de San Bartolomé, uno de los templos más importantes de la ciudad, del que hoy solo queda un campanario solitario.

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