El Ayuntamiento de Valencia cambiará la Ordenanza de Vía pública, aprobada el pasado verano por el gobierno del PP, para incluir las demandas de los festeros. Al menos esa es la intención del concejal de Vía Pública, Carlos Galiana, que la pasada semana puso en marcha un grupo de trabajo capitaneado por Julio Torras, vicepresidente de la comisión Nou Campanar y mano derecha de Juan Armiñana en los tiempos de este al frente de la falla de Especial, en el que pretende que se integren otros agentes de la ciudad como los moros y cristianos, el Corpus Christi o los mismos vecinos.
Compromís quiere incluir las fiestas de Sant Marcel·lí, Patraix o Benimaclet en un régimen de atención especial. Se trata de una vieja reivindicación de la coalición que busca poner en valor fiestas populares y vecinales «con gran tradición». De todas formas, Galiana no descarta nuevos cambios en la ordenanza si el grupo de trabajo así lo considera. El concejal se ha ofrecido, además, a acudir a las comisiones falleras que lo requieran para explicarles la nueva reglamentación y que estipula, entre otros aspectos, que ha de haber veinte centímetros de arena entre fuego y asfalto durante las tradicionales paellas populares.
Aunque el grupo de trabajo está dando sus primeros pasos, Galiana tiene claro qué artículos quiere modificar: los que van del 101 al 103 y que impiden la celebración de verbenas excepto en sábados o vísperas de festivos o en fechas señaladas como Fallas o Sant Joan. El concejal quiere que las pedanías tengan un régimen especial que les permita realizar actos en la calle entre semana. «Hay que entender que las pedanías tienen una singularidad y, a veces, las fiestas caen entre semana. Este articulado limita sus festejos», explica Galiana, que asegura que no se permitirán discomóviles o verbenas en Valencia entre semana.
De visita por Russafa
Galiana visitó, el pasado sábado de madrugada, el barrio de Russafa. Lo hizo para conocer de primera mano la problemática de un barrio que de un tiempo a esta parte se ha llenado de locales de ocio y terrazas que han provocado las críticas de los vecinos. Aunque Galiana aseguró que ya conocía el barrio «como usuario», el sábado lo visitó «con ojos de gestor». Explicó que continuarán estudiando la situación para buscar una solución al «problema de convivencia» que se da en Russafa. La semana pasada Galiana visitó, de madrugada, la Marina Real.
