El libro de visitas de la capilla de los Reyes de Santo Domingo llenó ayer su primera página. «Gracias por enseñarnos esta joya a los valencianos», se leía en la dedicatoria que lo estrenaba. En total, unas cincuenta personas pasearon por la capilla, cerrada al público hasta ayer, y contemplaron «una maravilla» arquitectónica de estilo gótico con un retablo dorado renacentista datado del siglo XVI que rompe con su aspecto fúnebre.

Al entrar, las piedras traídas de una antigua cantera de Sagunt, le otorgan un aspecto tenebroso „tal como se pretendía„ pues en un principio estaba destinada a guardar los cuerpos de los reyes Alfons V «el Magnànim» y María de Castilla, aunque finalmente su historia terminó separándoles y a día de hoy ninguno yace allí. En su lugar están enterrados los marqueses de Zenete, clérigos y el pintor renacentista valenciano Juan de Juanes, entre otros.

Esta pieza medieval es una de las pocas intactas de la ciudad. «Ni las guerras ni las desamortizaciones han podido con ella», explica la encargada de las comunicaciones del Cuartel General Terrestre de Alta Disponibilidad cuya sede se encuentra en el Real Convento de Santo Domingo. De hecho, este espacio es competencia de la Capitanía General de Valencia. La misma que ayer decidió que se abriera todos los jueves.

Uno de los primeros visitantes, Javier García, entra a la capilla con una cámara de fotos. «Es muy interesante que lo abran al público, una joya así no debería permanecer cerrada», cuenta García, quien después acudirá a visitar el interior del Ayuntamiento en su día de descanso. Para Francisco Martínez y Eduardo Palacios, la capilla significaba una «cruz sin marcar» en el mapa de Valencia. «Era un rincón pendiente porque con cincuenta años que tenemos nos conocemos toda la ciudad», cuentan estos visitantes que se habían enterado de la apertura de la capilla al leer la noticia en Levante-EMV.

Vicente es vecino de la zona. Él había intentado acceder a la capilla en varias ocasiones, pero siempre se encontraba con que estaba cerrada al público hasta leer en estas páginas que finalmente podría entrar. «Debería estar abierta desde hace mucho tiempo antes», afirma.

La capilla está declarada como un Bien de Interés Cultural (BIC) y, por tanto, entre otras obligaciones, está la abrir sus puertas a visitantes ciertos días al mes. Hasta ayer, la capilla se podía visitar en escasas ocasiones especiales como por ejemplo en el Día de las Fuerzas Armadas.

Desde enero de 2015, la capilla únicamente había gozado de dos días de puertas abiertas. Jornadas puestas en marcha hace dos años, pero por su «insuficiencia» se realizó un estudio para poder coordinar protocolos de seguridad para que se abriera «de forma permanente». «Era posible concertar citas previas, pero es una pena que no se saque mayor provecho de la belleza de este patrimonio. Ahora vemos que es necesario exteriorizarlo a la ciudadanía», explican desde prensa de Capitanía. Y así, de poco más de dos días al año, se podrá visitar todos los jueves y días especiales.