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Festejos

La mayor batalla de flores del mundo

Zundert, la ciudad natal de Van Gogh, organiza este fin de semana un festejo con enormes parecidos al acto valenciano de julio y las fallas

La mayor batalla de flores del mundo

El verano festivo concluyó en la ciudad de Valencia con la Batalla de Flores, ese festejo que ha ganado adeptos de forma espectacular en los últimos años y que tiene unos problemas estructurales a los que se pretende hacer una revisión. Y la reanudación del ejercicio se celebra el alma gemela. Será este mismo fin de semana y a unos cuantos miles de kilómetros de distancia, más reciente en el tiempo, pero, para que negarlo, bastante más espectacular como concepto, hasta el punto de haberse convertido en una de las fiestas emblemáticas de Holanda. .

Bienvenidos a la Bloemencorso Zundert. Una fiesta que podría considerarse como una mezcla de conceptos entre la batalla del «cap i casal» y la fiesta fallera.

Se trata de un desfile no de carrozas, sino de esculturas apoyadas sobre un «cadafal» rodante y recubiertas de flores. Son financiadas por grupos de vecinos (la comisión). En este caso no de una ciudad grande, sino de cada un de las pequeñas aldeas, hasta un total de veinte, que forman parte del municipio de Zundert, la cuna de Vincent Van Gogh.

El primer desfile data del año 1936 y las crónicas dicen que eran bastante más modestos, puesto que se trataba de una cabalgata de vehículos decorados. Pero como pasó con las fallas, fueron acumulando volumen y sofisticación con el paso del tiempo. La participación pasó de ser de grupos de amigos a la representación de una aldea -el tránsito del grupo de vecinos ocasional a la comisión de falla plenamente constituida y afianzada-.

Si las fallas crecieron exponencialmente en los años veinte del siglo pasado, aquí lo hicieron en los años cincuenta, en que pasaron a ser una atracción turística de primer orden. Y de la misma manera que las primeras composiciones florales eran realizadas por los vecinos con la mejor intención, aquí fueron entrando profesionales de las escuelas de arte, que establecerían un paralelismo con la irrupción de la figura del artista fallero. Las figuras tienen un hilo temático, como las fallas.

La particular Junta Central Fallera holandesa es una Fundación encargada de coordinar los festejos, pero también existe un «consejo de aldeas» como órgano de control final y que, obviamente, nos tiene que remitir a la asamblea de presidentes, aunque aquella se reúne cuatro veces al año y no once, como en el caso de Valencia. Las carrozas se construyen en carpas (talleres) desde el mes de mayo.

También estas esculturas han observado una evolución estética entre la monumentalidad y el arte figurativo. Por si fuera poco, el cuerpo interior de las figuras está formado por poliestireno expandido. Por no hablar de los cursos de especialización y la realización de maquetas. También hay poblaciones que participan fuera de concurso.

Y, por supuesto, la existencia de colectivo organizados alrededor de un gran festejo, éste no es todo: además del desfile es todo un gran fin de semana en la que se come, se bebe y se baila.

Y existe la «comisión infantil», que también tiene una notable importancia a la hora e transmitir los valores y la técnica.

La comparación con la Batalla de Flores radica, obviamente, en que se trata de esculturas florales que se desplazan. En este caso, por la fuerza de los comisionados y no por caballos. El público contempla desde unos graderíos portátiles a lo largo de una gran avenida, pero sin lanzar flores, entre otras cosas, porque las «carrozas» están vacías. Aquí, el protagonista no es el clavellón, sino la dalia. Hectáreas y más hectáreas de esta flor se cultivan pero no para venderlas, sino para que rematen las composiciones tras su correspondiente «punxà».

Y también las entradas están muy solicitadas, vendiéndose especialmente a través de internet. Para acabar, un jurado concede premios (primero, segundo, tercero...) a las mejores composiciones. Y si volvemos a la comparación fallera, los triunfos se celebran ruidosamente por la «comisión» (la aldea) ganadora.

Las horas previas y las preguntas que se hacen son si las composiciones estarán terminadas a tiempo (si habrá o no "bou"), si habrá suficientes dalias para completarlas y, sobre todo, quien ganará este año. Las villas de Klein Zundert y Helpt Elkander son, 17 y 15 victorias, las Pilar y Convento Jerusalén holandeses. Ahora, todas ellas velan armas ante el gran momento de este fin de semana.

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