Los vecinos de la calle Almirante Cruilles mostraban ayer sus pisos, apuntalados por técnicos municipales, y reclamaban una solución definitiva a los problemas de habitabilidad que sufren. Explicaban que ayer por la mañana «aún caían cascotes del techo» en algunos pisos, y que en muchos otros no había ni sitio para las camas. Así las cosas, a lo largo del día trasladaron los colchones a la calle, así como la mayoría de sus pertenencias. «Es inhumano, así no podemos vivir de ninguna manera», denunciaban los vecinos desalojados. Á. S. Valencia
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