Las quejas de los vecinos, dueños de barcos amarrados en la marina y de los clientes y hosteleros de los locales de la zona del paseo de Neptuno por el ruido excesivo de la música de Ánimas son casi constantes. El Ayuntamiento de Valencia ha tenido durante años, dicen fuentes consultadas constancia de estas molestias, agravadas por el botellón que en verano se organiza casi todos los días en el paseo marítimo, la Marina Real o los jardines de Eugenia Viñes. Los hoteles se han visto obligados, incluso, a trasladar a los clientes de habitaciones con ventanas que dan al paseo o a la marina a otras interiores por las molestias para dormir que tenía. Á. s. Valencia