Levante-EMV

Levante-EMV

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Generosidad del pueblo valenciano

La Mezquita, ejemplo de solidaridad

Hace tres décadas el ayuntamiento cedió de forma gratuita un solar para un templo árabe

­El pueblo valenciano les permitió levantar un templo para el Islam, orientado hacia la Meca, como debe ser, y tres décadas después siguen dándole las gracias a los valencianos por la Mezquita. Y eso que la ciudad no puso ni una peseta en el proyecto. «El pueblo valenciano fue muy generoso con nosotros y nos permitió llevar a cabo un proyecto que era fundamental para dar a conocer nuestra cultura y nuestras costumbres».

Las declaraciones pertenecen a dos de los promotores de la Mezquita de Valencia Mounir Abou Khadour y Said Muti. Fueron dos de los «ideólogos» del proyecto, pero no los únicos. Por ello no quieren fotografías ni demasiado protagonismo. «Fue un trabajo en equipo donde ayudamos muchos. No fue algo solo nuestro. No sería justo ser los protagonistas», añaden.

En los años 80, Valencia contaba con una comunidad árabe de 5.000 vecinos que realizaban diversas actividades en pisos y bajos comerciales aislados los unos de los otros. Entre la comunidad, destacaba un grupo de médicos y empresarios „de origen libanés, sirio, palestino y jordano„ cuyo interés por dar a conocer sus costumbre y su cultura iba mucho más allá del culto religioso. Y decidieron hacer las cosas bien y proponer una idea sencilla: la construcción de un Centro Cultural Islámico que, eso sí, incluiría un lugar de culto. La Mezquita, sin embargo, es hoy en día la imagen visible de una Valencia abierta e integradora.

Mounir Abou Khadour y Said Muti recuerdan los primeros encuentros en el ayuntamiento con cariño. España les acogió cuando llegaron como estudiantes „y los propios españoles emigraban a otros países en busca de trabajo y de un futuro mejor„ y ese buen entendimiento se repitió en las primeras conversaciones con las autoridades de la ciudad. Hablaron con todos. Primero, por supuesto, con el alcalde socialista, Ricard Pérez Casado, para el que solo tienen palabras de agradecimiento.

«El Centro Cultural Islámico, la Mezquita, fue realidad gracias al apoyo de todos los grupos políticos. No pusieron ninguna traba. Todo fueron facilidades», explican. Conseguido el favor del alcalde, continuaron las conversaciones con todos los grupos políticos del ayuntamiento hasta conseguir que, por unanimidad, el pleno aprobara la cesión gratuita de un solar para que la comunidad árabe levantara su templo.

Eso sí, en todas y cada una de las conversaciones entre los promotores de la idea „la entonces Organización de Ciudades y Municipios Árabes (formada por 5.000 pueblos de los países de la Liga Arabe), con Mounir Khadour como delegado en Valencia„ y el ayuntamiento una pregunta se repetía como el quid de la cuestión: «¿Quién va a pagar la Mezquita?». «Nosotros», respondían. Con la financiación a cargo de Organización de Ciudades y Municipios Árabes, el proyecto no contó con impedimento alguno, ni por parte del gobierno de Pérez Casado, ni por el de Rita Barberá, que llegó al poder en 1991, con un proyecto aprobado pero paralizado durante años. ¿El motivo? La guerra de Irak.

Pero ¿cómo consiguieron reunir los 350 millones de pesetas que costó la construcción de la Mezquita? La OCA; con sede en Kuwait, sufragó el templo peseta a peseta y fue realizando los pagos conforme se realizaban las certificaciones de la obra.

Paralizada por la guerra de Irak

Eso sí, el templo tardó más de lo previsto ya que desde que la colocación de la primera piedra (18 de diciembre de 1987) hasta el inicio de la construcción de la Mezquita (23 de junio de 1992) pasaron 5 años. «El proyecto quedó paralizado por la guerra de Irak y hasta que ésta no acabó no se pudo reunir el dinero, cuyos pagos encargaba el embajador de Arabia Saudí», aseguran. Eso sí, el templo también contó con donaciones de particulares.

De esta forma, la solidaridad de unos y otros se materializó en la Mezquita de Valencia que, treinta años después, sigue siendo ejemplo de la unión entre el pueblo valenciano y el árabe.

Compartir el artículo

stats