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Cañas y barro

Cuestión de «fe»

Cuestión de «fe»

La fe es algo tan íntimo y tan personal que a veces cuesta mantenerlo al margen del ámbito profesional y en política cuando además, uno ha sido elegido por los ciudadanos para el desarrollo de un cargo público hay que ser todavía más escrupuloso con esas cuestiones de fe, tanto por tenerla como por carecer de ella.

En esta última semana el mundo de la política valenciana ha vivido dos encrucijadas relacionadas con estas cuestiones de fe, aunque fes muy diferentes, pero sigan leyendo y verán como al final todo esta relacionado.

Permítanme el juego de palabras, porque esáa claro que es una cuestión de fe el debate sobre la entrada o no de la Senyera a la catedral el próximo 9 d´Octubre y también podría serlo la polémica surgida tras el nombramiento de la gerente del hospital La Fe...

Cumplidos los cien días de mandato de los nuevos gobiernos autónomicos y municipales, ya son muchos quienes se arrepienten de su voto y no es de extrañar.

Diferentes pactos y complots han permitido que las minorías gobiernen y unos pocos decidan cambiar tradiciones y costumbres. Verán... Esto solo es el principio.

Argumentan no querer mezclar lo religioso y lo civil pero olvidan que esa tradición está fundamentada en una fe que comparte una gran mayoría de quienes componen esta ciudad que ahora ellos representan. Durante años han sido muchos los políticos y políticas que han representado a la ciudad en ceremonias organizadas por la iglesia católica, respetando pero no por ello compartiendo, esa fe. De la misma manera que se ha asistido a otros actos organizados por otros grupos religiosos. El problema es que para algunos la democracia ha dejado de ser el sistema de gobierno de las mayorías.

La otra cuestión aunque de otro tipo de fe, ha sido el escandaloso nombramiento de la nueva gerente del hospital de referencia mas importante de toda la Comunitat Valenciana. Ahí la consellera ha arramblado con todo, demostrando una auténtica falta de fe en la capacidad de los valencianos para gestionar nuestros propios servicios.

Ahora resulta que tienen que venir los políticos catalanes a gobernar lo que tanto nos ha costado conseguir y en lo que tanto hemos invertido. Una senadora socialista que por muy valida que sea, ni conoce nuestro sistema sanitario, ni conoce el hospital en el que va a desarrollar su trabajo. Ahora sí, a la que si parece que conoce y es además muy amiga es a la consellera de sanidad y con eso vale.

Con ese mérito han llevado a cabo su nombramiento saltándose a la torera todo procedimiento administrativo y dejando en ridículo a nuestros profesionales que, aunque decidieran emigrar a la vecina autonomía, dudo que consiguieran un puesto similar.

El gobierno anterior pudo cometer muchos errores, pero siempre confió en el potencial de esta tierra, siempre trabajó a favor de los suyos, nunca menospreciando lo nuestro, nuestra gente, nuestras costumbres y nuestra capacidad.

Seguramente por eso recibió la mayoría de los votos de los valencianos y las valencianas, aunque ahora en estos nuevos tiempos, parece ser que las mayorías ya no son respetadas.

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