La concejalía de Benestar Animal tiene previsto dar un uso a la decena de palomares instalados en jardines como Viveros, Rambleta, Cabecera, Ayora, Benicalap, Marxalenes, Natzaret, Orriols, Oeste y Polifilo, que a día de hoy están sin utilizar. Se trata de unas casetas ecológicas cuyo coste ascendió en 2009 a 199.999,61 euros, financiados por el Fondo de Inversión Local, el denominado entonces Plan Zapatero. «Son una infraestructura que permite controlar las poblaciones pero de la que no se ha dispuesto», aseguraba ayer Glòria Tello. El objetivo es poner en marcha esos refugios que ya existen y que facilitarán a los técnicos una supervisión «no agresiva, ni cruenta» para alcanzar una población adecuada, con una ubicación idónea y un buen estado de salud de las aves. Aunque Tello se aprestaba a apuntar que la situación en los últimos años está controlada y los colúmbidos ya no son una plaga „ llegaron a contabilizarse más de 30.000 ejemplares en Valencia„, los palomares permiten intervenir en la fecundación de los huevos, dispensar pienso esterilizador para evitar la superpoblación y reducir posibles enfermedades.
La colocación de los palomares supuso, según anunció en su día el equipo de gobierno de Rita Barberá, la creación de cuatro empleos. Se trata de notables construcciones de madera que permiten albergar a unos 200 pájaros cada uno. Para evitar posibles actos vandálicos se colocaron a considerable altura dentro de las zonas verdes. La idea es concentrar la población en los jardines para que las palomas abandonen otros puntos de la ciudad y no sean tan abundantes en las calles. En ocasiones se han convertido en un un auténtico quebradero de cabeza para las autoridades por la suciedad que generan, además de las contínuas quejas vecinales. Su alto índice de reproducción y el impacto en el deterioro del patrimonio, principalmente en las fachadas de edificios históricos, son factores que la nueva concejalía que dirige Tello trata de neutralizar desde el respeto y la protección a los animales.
La alternativa de los palomares ecológicos se utiliza en muchas ciudades europeas. De ahí la sorpresa de la responsable municipal al no haberse rentabilizado aquella inversión por la corporación que presidía Rita Barberá. «Será porque era de Zapatero», ironizaba.
