Las máquinas y excavadoras están trabajando desde hace varios días en el movimiento de tierras de la primera fase del Parque Central que permitirá dar forma a las colinas y desniveles característicos del jardín diseñado por la paisajista Kathryn Gustafson. Los trabajos, que son visibles desde el puente de Giorgeta, se están retrasando varios meses sobre lo previsto por la negativa de algunos propietarios a ceder el suelo. La Sociedad Valencia Parque Central, que admite que los trabajos «no van al ritmo que nos gustaría», ha obtenido con cesiones voluntarias el 86% del suelo de la primera fase del jardín. Dado que la reparcelación del ámbito se retrasa y ante el desacuerdo para la cesión voluntaria, la sociedad ha solicitado al ayuntamiento de Valencia que tramite la ocupación forzosa del suelo, en concreto de 4.000 de los 110.000 m2 del ámbito. La mayoría de las parcelas cuyos propietarios se resisten a ceder anticipadamente están sin uso y en algunos casos se utilizan como vertedero o como depósito de materiales, entre ellos bidones de hidrocarburos, según explica la Sociedad Parque Central.

La liberación de la parcela situada bajo el puente de Giorgeta ocupada por un aparcamiento cuyo arrendatario se negaba a desalojar la zona ha sido clave para poder empezar el movimiento de tierras, una fase clave para diseñar el nuevo jardín. La empresa contratista está estudiando la ideoneidad de los tierras que se están moviendo para reutilizarlas a la hora de dar forma a los montículos, terraplenes y desniveles del parque, cuyo lema es «aigua plena de seny» y uno de cuyos objetivos es la captación y reutilización del agua de lluvia.

La falta de disponibilidad de todo el suelo impide acometer las obras de la primera fase del jardín, que arrancaron en mayo pasado, en toda su extensión. La empresa contratista (Pavasal-Dragados) se ha centrado en los últimos meses en preparar para su restauración los edificios industriales, hacer derribos puntuales y desescombrar las parcelas.

Una de las dificultades añadidas del parque es la conservación del patrimonio, tanto las antiguas naves y talleres ferroviarios, como las de Demetrio Ribes, como algunas construcciones rurales, entre ellas, una alquería que ocupa el espacio destinado a la Huerta-Jardín y cuyos propietarios tampoco han llegado a un acuerdo de cesión con la sociedad Parque Central. En estos momentos, la empresa contratista está trabajando en los terrenos del aparcamiento recientemente cedido donde ya se levantó el hormigón y se han realizado catas para conocer la calidad de la tierra que se reutilizará en otras zonas del parque.

Además se está preparando el suelo para la reconstrucción y ubicación de uno de los dos muelles protegidos, colindante a Peris y Valero, bajo el puente de Giorgeta. Para el otro muelle, pegado a la calle Filipinas, también se está ultimando la preparación del terreno para su reconstrucción. Algunas de las piezas de esos edificios protegidos, en concreto, las cerchas están almacenadas en las naves de Macosa y se tendrá que evaluar su estado para saber si son reutilizables. También se está realizando excavaciones y preparación del terreno en la zona donde se construirá la gran fuente de la Plaza de la Artes.