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La trastienda

El cómic vuelve a la ciudad

El cómic vuelve a la ciudad

Siempre ha habido grandes creadores del cómic en Valencia. Y hasta industria. De eso también. Concretamente en la posguerra, cuando dos de las tres editoriales más importantes que había en España tenían sede en nuestra ciudad. Era el caso de Editorial Valenciana y Maga, que competían con la todopoderosa Bruguera, que editaba desde Barcelona. Desde aquí se imprimían El Guerrero del Antifaz o Roberto Alcázar y Pedrín, por poner dos gustosos ejemplos. Muchos de los dibujantes de aquel momento eran también valencianos.

Los años 70 no fueron tan prolíficos, y muchos artistas no tuvieron más remedio que trabajar para editores foráneos. Aquel mal momento acabó desembocando, con el cambio de década, en una edad dorada, una generación compuesta por cinco genios del cómic, a la que se llamó la nueva escuela valenciana. La formaron Daniel Torres, Manel Gimeno, Mique Beltrán, Sento y Micharmut. Todos ellos seguían una línea clara franco-belga que hacía precisamente, que fueran un todo, unos autores a tener muy en cuenta. Hubo una segunda hornada donde destacó Ana Miralles, que todavía hoy sigue triunfando en el mercado francés.

El año 1992 fue el primero en que una institución pública, la Generalitat Valenciana, regentada entonces por el PSOE, encargaba por primera vez una exposición específica en el Ateneo, así como diferentes actividades a lo largo de varios meses, entre abril y diciembre, bajo el nombre de Valencia Cómic. En paralelo, sus responsables también contaron por fascículos para este mismo medio la historia del tebeo valenciano. Lo hicieron a lo largo de unas veinte entregas semanales. Casi nada.

Desde aquel momento hasta hoy, poca cosa, pero siempre con intenciones y con la idea en el aire de montar un salón del cómic, como el que ya marca referencia en Barcelona. Y en condiciones. Movimiento ha habido: jornadas, mesas redondas o algún evento puntual. El motivo de tan poco empuje o repercusión pudiera ser la escasez de presencia editorial en la ciudad, que, al fin y al cabo, suele ser lo que dota de industria (por pequeña que sea) al sector en cuestión.

Pero por fin el cómic vuelve a tener su sitio en Valencia. Después de tantos intentos, por fin en el mes de diciembre podremos disfrutar por unos días

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