De Bonrepós i Mirambell a Russafa. La historia de Aitor y Laura, de 26 y 25 años, es una de esas historias de la crisis. Del Camp a la Taula, el producto de la valentía en los tiempos del paro. Estos dos jóvenes plantan cada día verduras y hortalizas en una pequeña parcela arrendada en esta localidad de l'Horta Nord y las venden en el corazón del Mercat de Russafa. Hartos de buscar trabajo y no encontrarlo, Aitor y Laura se pusieron a pensar. Y como suele pasar, de situaciones casi desesperadas nacen ideas. Buenas ideas. Decidieron arrendar una pequeña parcela cerca de su casa en Bonrepós y se dedicaron a plantar verduras de temporada sin productos químicos.
«Al principio las cosechas, no muy abundantes, las vendíamos entre el vecindario, amigos y familiares», explica Laura. La cosecha de entonces eran habas, pepinos, brócoli, calabacines, lechugas de varios tipos y tomates, entre otros productos.
Vieron entonces Aitor y Laura que sus productos tenían buena aceptación. «Los vecinos también estaban sensibilizados con el medio ambiente y decidimos dar un paso más y arrendar más tierra para aumentar la producción», comenta.
De ahí al salto a vender sus productos en los mercados municipales había un paso. Buscando cómo conseguir más salida para los productos que plantaban, decidieron adquirir un puesto en el Mercat de Russafa. ¿Y por qué en Russafa? «Porque es uno de los mercados que en estos momentos está teniendo un buen auge», eplica Laura.
Tres paradas
Del Camp al Plat está en los puestos 168, 169 y 170. En las paradas se pueden encontrar verduras y hortalizas de temporada recogidas cada mañana en los campos de Bonrepós i Mirambell. Más auténticas, prácticamente imposible, defiende Laura. «El producto siempre está fresco», explica.
Los primeros pasos de Del Camp al Plat en el Mercat de Russafa han sido satisfactorios. Su puesto destaca también con un cuidado diseño y encaja como un guante en la Russafa más moderna y cosmopolita.
