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Halloween a la valenciana

Halloween a la valenciana

A punto de celebrar Halloween llega el debate de todos los años, los mismos comentarios para todos los gustos: ¿por qué hay que celebrar una fiesta americana con las fiestas tan bonitas que tenemos aquí?, ¿cómo es que se ha arraigado tanto?, ¿por qué se le da tanto bombo? Pues primero porque es una fiesta divertida, a mi una excusa para disfrazarse siempre me parece genial. Porque juega con lo tétrico y el terror y eso siempre gusta, nada tiene más tirón que el morbo. Pero además porque desde que éramos pequeños la hemos visto celebrar, es una fiesta que nos ha acompañado siempre en las películas, sabemos perfectamente qué es eso del truco o trato, que se reparten chuches, que hay que ir de casa en casa. Conocemos más sobre esa fiesta que sobre las nuestras porque sale en el cine. Sin embargo lo que se puede hacer es adaptarla a nuestro carácter como hemos hecho con tantas cosas. Si hay que celebrarla, se celebra pero «valencianicemosla».

Tenemos cosas que dan mucho miedo en Valencia, leyendas tétricas e historias oscuras de la época medieval o de la inquisición. Pero sin irnos tan lejos también encontramos temas para disfrazarnos la noche previa a Todos los Santos. Recrear el crimen del cine Oriente con esas piernas mutiladas y depiladas o las extrañas muertes del número 1 de la calle Tres Forques (escúchese la canción de Doctor Divago, Gracia Imperio). Aunque para recrear horror tenemos los refugios de la Guerra Civil y las historias que encierran o el Cementerio General con sus interesantes relatos (sobre todo si te los cuenta Rafa Solaz). Pero vayamos más allá, las historias de fantasmas también son muy de Halloween y aquí de eso sabemos mucho, podemos hacer una ruta por la Ciudad de las Ciencias, por el Circuito de Formula 1, y por ciertos bares. Vampiros, como los que ves sobre la taquilla de un teatro cuando pagas ese 21% de IVA, brujas, momias, hombres lobo, tenemos de todo si nos damos una vuelta por esta ciudad. Podemos ver el horror en las colas de los comedores sociales o en la cantidad de gente que se ha quedado sin casa mientras los bancos se piensan si ceden sus viviendas vacías o no. También se puede ver el miedo en las caras de los refugiados mientras un cardenal se siente «calumniado» por la reacción que han provocado sus palabras. Y es que hay muchas cosas que provocan terror, como que Vicente Sanz no entre en prisión. Dará terror a las víctimas de acoso al ver que un caso que podía haber servido de ejemplo disuasorio sólo sirva para confirmar que con dinero todo vale.

El acuerdo por parte de ellas lo respeto, se lo que es necesitarlo para comer, porque supongo que es eso lo que les ha llevado a hacerlo. Lo que me provoca más horror es que quepa la posibilidad, que ante un caso declarado y admitido de acoso reiterado se pueda pagar una multa e irse a casa. Que dejes en las manos de las víctimas y de sus abogados el castigo a un delito que nos afecta a todos. No puedes estar haciendo campañas para que las mujeres hablen, denuncien, no tengan miedo y por otro lado permitir que se solucione con dinero. Eso no da miedo a un acosador, la cárcel si. Así que si este fin de semana se deciden a celebrar Halloween háganlo a la manera valenciana, con monstruos de aquí, que tenemos muchos.

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