Tomadas por la policía. Así estaban ayer plazas como la del Ayuntamiento, la de la Virgen, la de la Reina o la del Tossal, así como los alrededores de la Ciutat de les Arts i les Ciències, donde se celebró una macrofiesta. Más de 160 agentes de la Policía Local, ayudados por las bajas temperaturas, la humedad y la previsión de lluvia, minimizaban, al cierre de esta edición, los efectos del botellón en el centro de la ciudad, a falta del balance que desde las concejalías de Limpieza y Protección Ciudadana hagan entre hoy y mañana de la noche de Halloween.

El ayuntamiento había previsto un dispositivo especial para evitar grandes concentraciones de botellón en las zonas de fiesta de la ciudad. La previsión de lluvia ayudó a reducir los grupos de gente que beben en la calle, así como las bajas temperaturas, pese a que en muchos puntos de Valencia había fiestas en casales falleros, locales de ocio nocturno e incluso macrofestivales al aire libre, como el que se celebró en la Ciutat de les Arts y que ya el pasado año levantó quejas de los vecinos de la zona, que apenas pudieron pegar ojo debido a la música que sonó durante buena parte de la noche.