La Concejalía de Bienestar Social, que dirige Consol Castillo, quiere dar un giro por completo a la política municipal de ayudas a la población más desfavorecida. Quiere terminar con las denominadas «colas de la pobreza», es decir, la imagen de cientos de personas en la calle que esperan a recibir una asignación del banco de alimentos. La regidora asegura que esta situación es «humillante» para las personas que viven una situación tan complicada, por lo que la apuesta del nuevo gobierno tripartito es «empoderar» a los que viven en precario. Así, ofrecerán «ayudas directas» canalizadas a través de los Centros Municipales de Servicios Sociales y potenciarán la tarjeta «Amb tu», para que sean los propios beneficiarios quienes hagan sus compras.
Este cambio de modelo se aplicará a partir del mes de febrero de 2016, cuando se tienen que resolver los diferentes convenios que el Ayuntamiento de Valencia mantiene con las entidades vinculadas al banco de alimentos. Consol Castillo anunció que el actual presupuesto global para esta partida de 900.000 euros «aumentará» de cara a 2016 «para mejorar la cobertura de aquellas personas que más lo necesitan». «En todo caso „explicó„ ninguna persona va a quedar desatendida, sino todo lo contrario, recibirán una mejor cobertura que la actual», añadió la regidora de Compromís.
Las nuevas ayudas que pretende implantar la Concejalía de Bienestar Social tendrán, según explica Castillo, otros «efectos colaterales positivos». «Este nuevo modelo que queremos poner en marcha a partir del mes de febrero cuenta con una estrategia ambiciosa y que beneficia a muchos colectivos». La edil, que asegura que en las próximas semanas se definirán los criterios para la redistribución de las ayudas, pone ejemplo el uso de la tarjeta «Amb tu», que ampliará las funciones y ventajas de la tarjeta «Contigo» que puso en marcha el PP. «Queremos que con esta tarjeta las personas acudan a los locales colaboradores y se abastezcan de los alimentos que ellas mismas elijan, con restricciones evidentes sobre ciertos productos como los alcohólicos. Pero además que tengan la opción de comprar productos frescos, que era la gran merma que tenía el actual sistema. Una alimentación no puede ser buena ni sana sin aportar productos vegetales y animales frescos. No se puede ceñir solo a productos envasados y conservas», explica Castillo.
La concejala asegura que con estas nuevas coberturas «potenciaremos además al pequeño y mediano comercio, otro de los compromisos de este gobierno» y de paso se despejan las dudas que en ocasiones suscitan productos de los bancos de alimentos, cercanos a su fecha de caducidad. Consol Castillo explica que aunque el gobierno municipal no subvencionará a estas entidades, sí que apoyará a todas aquellas asociaciones que precisen de la colaboración y asesoramiento del consistorio.
El vínculo con el Banco Solidario
Hay que recordar que entre las subvenciones que el consistorio tiene en vigor está la que ofrece al Banco Solidario de Alimentos, una entidad que dirige Jaime Serra y que nació en paralelo al Banco de Alimentos para poder atender directamente y sin la intermediación de asociaciones caritativas a personas necesitadas.
El Banco Solidario tiene una subvención de 85.000 euros anuales y la cesión de un local municipal en la calle Santa Cruz de Tenerife. El convenio que facilitó el gobierno del PP finaliza el 30 de junio de cada año, pero su revocación se ha de realizar con cuatro meses de antelación. Serra explica que el acuerdo establece que tiene que repartir comida a 500 personas derivadas de los centro sociales municipales, aunque asegura que la ayuda va más allá y que han atendido a 97.872 personas hasta el 23 de septiembre.
Hace un año Jaime Serra hizo público un proyecto para construir en la Pobla de Vallbona „donde tiene dos naves alquiladas y una cedida„ una sede propia del Banco de Alimentos en la que tenía previsto invertir 1.094.000 euros. La idea era que el Santander cediera los terrenos para su construcción y el resto financiarlo mediante donaciones particulares. Sin embargo, no prosperó.
